Gamificación, la técnica que ya puede aplicarse a (casi ) todo
Hace unos años surgió la técnica de la gamificación, aplicada en principio a los videojuegos. Pronto se descubrió que esta técnica de trasladar a otras áreas la mecánica de los juegos podía traer grandes beneficios en materias educativas y profesionales.
Seguro que en los últimos años has escuchado alguna vez, sepas o no de qué se trata, el término gamificación. Y es que cada vez puede aplicarse en más áreas y más diversas. Por eso nos adentramos hoy en este término para desgranar no solo su significado sino todas aquellas aplicaciones que podría tener y si, efectivamente, es la alternativa más válida para todos los campos.
La gamificación es la técnica o estrategia por la que se traslada la mecánica y el espíritu de los juegos a otro ámbito, normalmente educacional o profesional. Jugar deja de ser cosa de niños y niñas para ser la esencia del conocimiento y del desarrollo profesional; jugar para absorber de manera más efectiva un aprendizaje y poder trabajar convirtiendo una aparente carga en una actividad profesional pero lúdica al mismo tiempo.
Un ejemplo sencillo y visual es su aplicación en el marketing. Seguro que conocen esa técnica de premiar a los pequeños en las escuelitas y en las familias con caritas sonrientes y con puntos cuando van haciendo sus tareas y portándose bien. Si recoges los juguetes, una carita sonriente. Si tienes todo el mural de caritas sonrientes, recompensa. Esa técnica ha sido traslada al marketing, premiando con puntos al usuario. Si comentas más, insignia. Si participas, tendrás buenas consecuencias y regalitos... Es la gamificación del marketing.
El término surge del inglés ‘game’, que significa juego, y que se refiere a ese conjunto de técnicas y mecánicas de juego. Por supuesto en el ámbito de los videojuegos para adultos fue uno de en los primeros que empezó a desarrollarse, estableciendo en las partidas incentivos, recompensas, posibilidades de cooperación, etcétera.
También ha tenido en los últimos años un gran impacto en el campo educativo, no solo para los menores en colegios e institutos, sino sobre todo en las enseñanzas para adultos, introduciendo el juego como una técnica para lograr el aprendizaje. El preámbulo es la investigación de la gamificación basada en el campo de la psicología positiva, cuando se establece que adquirimos mejores conocimientos gracias a la motivación, la cual a su vez se genera gracias a potenciar nuestros intereses. De este modo se entendió que a través de la motivación del juego, también los adultos podrían adquirir mejor los conocimientos.
Muchos centros están impartiendo por ello formación en gamificación. Es el caso de la UNED, que ofrece una titulación en Gamificación y Storytelling. “Algunas de las cuestiones más básicas del proceso de socialización y aprendizaje de los seres humanos, como contar historias o diseñar juegos, pueden ayudarnos. Habitualmente reservados para la infancia, en las últimas décadas se ha obtenido evidencia de los beneficios que se obtiene cuando se aplican a los adultos”, explican en la presentación de esta formación. Además detallan algunas de esas actividades que logran incluir la gamificación en casi cualquier área, como son “la identificación con roles y arquetipos, que nos hace sentir como propias las misiones épicas que estos se plantean, reforzando nuestra identificación con las organizaciones que se presentan a sí mismas usando técnicas narrativas”. “Enfrentarse a retos, resolver enigmas, superar obstáculos, colaborar en equipos, adelantarse a los competidores y recibir recompensas directas o simbólicas son acciones y expectativas que nos devuelven a una forma natural de aprender, progresar, trabajar y comprometernos”, continúan.
Es bajo este panorama que muchas empresas están incluyendo técnicas de gamificación para el desarrollo del trabajo; de modo que gestionar recursos humanos o adquirir competencias profesionales, además de desarrollarlas pueda hacerse desde el prisma de la motivación y las actividades más lúdicas. En definitiva, intentar hallar el lado motivacional de todas esas tareas -como trabajar- que nos ocupan gran parte de nuestras jornadas.