¿Existe realmente el instinto maternal? ¿Cómo cambia nuestro cerebro la maternidad?
La autora Abigail Tucker presenta ‘Genes maternos: el instinto maternal desde el punto de vista científico’, un libro que aporta luz a qué dice la neurociencia sobre los sorprendentes cambios que la maternidad genera en nuestro cerebro.
Dicen que cuando tienes un hijo o hija sientes que tu corazón se sale del pecho y corretea fuera de tu cuerpo, dentro de esa persona que acaba de nacer. Pero no es solo el corazón. Las madres sienten que su cerebro cambia. Pero, ¿realmente cambia? ¿Qué dice la neurociencia? ¿Existe en realidad un gen maternal?
Durante el embarazo, engordamos, se oscurecen los lunares, la voz baja una octava, la nariz se hace más ancha, el hígado a veces segrega bilis, el pelo puede rizarse, nuestra temperatura corporal es más alta, producimos más dióxido de carbono... Pero todos estos cambios físicos son una minucia al lado de lo que le sucede a nuestro cerebro. La escritora Abigail Tucker, autora de best seller como Un león en el sofá: cómo los gatos nos domesticaron y se apoderaron del mundo, ahonda en el instinto maternal desde el punto de vista científico. Su libro Genes maternos ofreces respuestas, desde una visión científica, a preguntas como si el cerebro de una mujer que acaba de ser madre realmente vuelve a su estado anterior, o por qué las madres están destinadas a imitar a sus propias madres.
“Las células neuronales maternas sintetizan las psicodélicas sustancias químicas del parto, los genes que contienen esas células se encienden y apagan, produciendo cambios en el cerebro; cambios que afectan incluso a su volumen”, explica Tucker, que agrega: “El resultado es que abruptamente, en unos meses, nuestro cerebro pasa al modo demostración y, al más puro estilo bricomanía, se renueva. Ahora nuestra interpretación de los estímulos más cotidianos -el rostro de un desconocido, el color rojo, el olor de una camiseta de bebé- es muy distinta y nos choca. De repente, la sonrisa de un niño es tu razón de ser: tu anterior sistema de deseo se ha recableado”.
Curiosamente, también los padres sufren cambios aunque en su caso algo más tarde, con la llegada del bebé. El nivel de testosterona del hombre que acaba de ser padre suele caer en picado e incluso pueden desarrollar el llamado síndrome del Couvade, que proviene del término incubar. Es la razón que les lleva a engordar o a tener lumbago durante el embarazo de su mujer. O incluso a presentar rasgos de una depresión postparto, la cual en la mujer sí responde (también) a causas del propio proceso químico y científico de un embarazo. De hecho, uno de los datos que aporta la autora es que es 23 veces más probable que las mujeres desarrollen un trastorno bipolar durante su primer mes como madres que en ningún otro momento de su vida.
Otro interesante dato que aporta el libro es que el cerebro de la mujer no actúa igual ante el primer cachorro que ante el segundo, para el cual ya tiene acumuladas ciertas sustancias. “Las madres de varios hijos tienen más receptores opioides, de estrógenos y de la oxitocina en ciertas regiones de su cerebro materno, incluida la importantísima área preóptica medial; lo que quiere decir que estas regiones ya están activadas cuando llega la nueva camada”.
Incluso aspectos como el sueño cambian con la maternidad. Y no solo porque el nuevo miembro de la familia te impida dormir por las noches. A lo que hace referencia Tucker es a cómo a raiz de la maternidad los cambios en nuestro cerebro provocan que los sueños sean “de otra forma”, normalmente, menos agradables. “Nos encontramos con osos pardos, tiburones blancos y lobos; sufrimos corrimientos de tierra y devastadores vendavales de nieve”, explica la autora.
En definitiva, multitud de cambios que llegan con la maternidad, desde los evidentes cambios en nuestra rutina y hábitos o cambios apreciables en nuestro físico hasta los sorprendentes cambios en nuestro cerebro que desgrana la autora en este interesante y revelador libro que, sin duda, nos vuelve a evidenciar que la maternidad es el más sorprendente de los procesos por el puede transitar un ser humano.