Un cargador único para todos los dispositivos, ¿será posible?
2024 es la fecha dada por la Comisión Europea para unificar los cargadores de todos nuestros dispositivos electrónicos, aunque los países tendrán dos años más de prórroga para efectuar la medida. Una buena noticia para nuestro planeta, que asume cada año entre 11.000 y 14.000 toneladas de residuos de estos dispositivos.
Hace más de diez años, en 2009, la Comisión Europea intentó promover un acuerdo para unificar los cargadores. Solo tenemos que mirar a nuestro alrededor para comprobar cuántos de estos aparatos tenemos sobre la mesa: el cargador del móvil, que difiere entre los diferentes miembros de la familia; el cargador de la tablet, del ordenador, de los auriculares, del reloj, de la cámara de fotos, del libro electrónico...
El acuerdo propuesta tenía un fin directo de operatividad, pero sobre todo perseguía un objetivo medioambiental al minimizar la cantidad requerida de estos dispositivos.
Aquella propuesta quedó un poco en el aire, aunque no cayó en saco roto. Se logró un acuerdo voluntario al que se sumaron los principales fabricantes de dispositivos móviles. Gracias a ese acuerdo se redujo considerablemente el número de diferentes cargadores y muchos móviles podían compartir cargador. En cifras, se logró reducir de treinta a tres los cargadores existentes: el USB 2.0, Micro B, el USB-C y el Lightning, el exclusivo utilizado por Apple.
Este mes, 13 años después, se ha dado un paso adelante para convertir en obligatorio lo que hasta el momento era voluntario. Las instituciones comunitarias han llegado a un acuerdo para unificar a un solo dispositivo universal de tipo USB-C todos los cargadores de aparatos electrónicos.
La fecha dada para el cambio es el próximo año, 2024. Aunque algunos dispositivos tendrán más tiempo para adaptarse al cambio. Es el caso de los ordenadores, que tendrán algo menos de tres años y medio para cambiar sus dispositivos respecto a la fecha dada para el resto de dispositivos electrónicos.
En cualquier caso aún queda que la medida quede ratificada por los Estados miembros y el Parlamento Europeo. Tras esta aprobación, los gobiernos también cuentan con otros dos años para retrasar la medida.
Antes o después, la medida entrará en vigor. Este acuerdo tendrá una importante repercusión en nuestro planeta. Actualmente cada año se generan entre 11.000 y 14.000 toneladas de residuos de estos dispositivos. La ‘chatarra’ electrónica o basura tecnológica (en inglés e-waste o WEEE) genera cada año un mayor impacto sobre nuestro medio ambiente. Los materiales de los que están realizados contaminan el suelo, el agua, el aire y en general los ecosistemas, representando un grave problema para la salud del planeta.