Alerta ante el peligroso reto viral entre los jóvenes de ‘desparecer’ 48 horas de casa
A mí, que la adolescencia de mi hijo me parece aún tan lejana; que lo veo crecer apresurado y quiero -aún sabiendo que ya no es factible- llamarlo bebé; a mí que fui una “niña buena”, solo me queda confiar en que me hijo, cuando llegue a la adolescencia, no sea un capullo.
Vale que tenga salidas de tono, que se le vaya "la pinza" un par de veces y que quiera comerse el mundo sin saber aún, bendita adolescencia, que el mundo es demasiado amargo incluso para darle un bocado. Pero una cosa es esa, que se divierta y enloquezca a ratos en esas noches de verano interminables, y otra es que tenga maldad.
Porque, sinceramente, no se me ocurre otro término que maldad para ponerse a hacer -o a pensar en hacer- el último reto viral entre adolescentes. Como si hubiera algo de divertido en hacer sufrir a tu entorno, a tus padres. El dolor de la muerte de un hijo debe ser el más amargo e insuperable del mundo, una situación que alejamos incluso de la peor de las pesadillas. Pero quizás es aún peor cuando un hijo o hija desaparece. Cuando pasan horas, días, meses, años, y la ausencia nunca es llenada con una respuesta. Probablemente se de por muerto al menor, pero lo cierto es que nunca hay duelo, nunca hay cierre.
Se calcula que ocho millones de niños desaparecen cada año en el mundo, es decir, 22 mil cada día, según las estadísticas de la organización ‘Missing ChildrenEurope’.
A los tantos retos absurdos y a menudo crueles que se difunden por intenet, especialmente por las redes sociales, y que en muchos casos están causando muertes de los jóvenes que practican estos ‘retos’ que a veces son peligrosos, se le suma la última ‘moda’. Consiste en desaparecer durante 48 horas. El reto se conoce como ‘Desafío de las 48horas’ o el ‘48 hours challenge’ y empezó a llevarse a la práctica entre los adolescentes de México en 2017. Rápidamente se fue extendiendo por Latinoamérica para hacerse famoso en estos tiempos por todo el mundo, tal y como están alertando las autoridades. El reto es jugar a “desaparecer de casa sin previo aviso y no tener contacto con nadie, ni amigos, ni familia, durante 48 horas” con el objetivo de aparecer en las redes sociales en los perfiles de búsqueda de desaparecidos.
Y como madre me horroriza pensar que puede ser viral un reto que consiste en hacer pasar a tu entorno, pero sobre todo a tu madre, padre o familiar con el que vivas, ese sufrimiento. Agónicas 48 horas en las que el mundo se pare porque la persona que más quieres decida divertirse con ese reto. 48 horas tras las cuales, el adolescente aparezca y te inunde la felicidad al verlo regresar sano y salvo; volver a reencontrarte con ese que fuera tu bebé, pero al mismo tiempo te crezca la culpa por no encontrar respuestas a por qué la persona que más quieres ha querido que pases el mayor de los sufrimientos.
Me imagino esa madre agonizando en miedos, dudas, culpas, sin entender cuándo se rompió el hilo, cuando ese pequeño o pequeña para quien eras su mundo, disfruta viendo tus lágrimas, haciéndote sufrir. ¿Qué es lo que hace que retos tan malévolos como este puedan funcionar? ¿Qué falla en nuestros adolescentes?
En definitiva, un reto peligroso pero sobre todo malvado, que deja a madres y a padres preocupados. Solo espero que seamos capaces de generar amor en nuestros hijos e hijas, como madres, como padres, como sociedad, para que solo pensar en un ‘reto’ así les de tanto estupor y rechazo como me da a mí.