Solo en esos momentos de soledad `incómodos´ al principio es cuando de verdad puedes conocerte a ti mismo. Es en los momentos de crisis donde realmente te `reconviertes´, te das cuenta de tu potencial y de toda esa fuerza interior que albergaba en ti.

Si algo estoy aprendiendo es que no hay evolución sin dolor. Hay un dolor que es maestro, y que sí es necesario. Porque es un dolor curativo, recogedor, que es necesario `reespirar´ para aprender que dentro de ese dolor existe mucha plenitud, y además se esconde en forma de Regalo, muy bien disfrazado.

¿Sabéis por qué? Porque es un regalo tan valioso que no es fácil acceder, por eso hay muchas `trampas´ enmascaradas del ego que te hacen merecedor o no.

Estos días pasados Navideños me he planteado muchas cosas… entre ellas me planteé que es realmente la navidad.

Todos sabemos que es una celebración cristiana, de eso no hay duda. Pero observando veía esa necesidad humana imperiosa de regalos navideños, luces externas, adornos… y simplemente, lo observaba sin juzgarlo sabiendo que a casi todos nos gusta ese acontecimiento externo, olvidándonos a veces que es una celebración de luz interior. Es la iluminación de Cristo lo que estamos celebrando. Es esa guía interna, y sé que muchos sí sienten esa Magia.

Y hablo de Navidad, porque también es época de Soledad. Es Encuentro y es Recuerdo, de lo que fue y quizás ya no Es.

Y así es la Vida, un constante cambio eterno en el que debemos agradecer la vida, porque somos temporales en esta existencia.

Es curioso porque cuenta más presente tengo la muerte, más presente vivo la Vida. Y eso me está pasando, simplemente… disfruto más a pesar de mis diálogos mentales a veces innecesarios.

Utilizo la Soledad como símbolo de Claridad y Fortaleza, porque la soledad es Creativa.

La Soledad es Encuentro

La Soledad es Virtud

La Soledad es Espacio y la Soledad es Amor.

Y de ese Amor nace el Respeto, y por ello, la Madurez.

La Madurez de Saber que has aprendido lo necesario.