Desde el pasado lunes 22 de marzo y hasta el próximo domingo, 28 de marzo, se está celebrando la semana mundial de la doula. ¿Pero qué es una doula? La doula es una persona que acompaña en la maternidad, desde el embarazo hasta el postparto, pasando por el propio parto. ¿En qué se diferencia entonces de una matrona?

“En la parte emocional”, destaca Raquel Rodríguez, que recientemente se ha formado en esta disciplina. “Una doula ofrece apoyo y contención emocional. La matrona es personal sanitario que se centra más en la parte asistencial que en el acompañamiento, trabajando en todos los procesos fisiológicos de la mujer embarazada. Sin embargo, la doula se centra más en ese acompañamiento, no tanto físico, que también en cierta medida, sino sobre todo en la parte psicológica”. Es decir, remarca la doula, “no asistimos, sino que acompañamos”.  

Es por ello que el acompañamiento de la doula puede aparecer durante todo el proceso y no solo en el parto. Durante el embarazo, “puede ayudar a la mujer a conseguir información que quizás no sabe dónde encontrar, y puede validar sus emociones”. Es ese principalmente uno de los puntos fuertes de este oficio, sobre todo en momentos como los actuales, en los que vivimos “una maternidad muy solitaria”. “Las mujeres embarazadas se ven obligadas a buscar esa escucha y esa compañía fuera de su entorno cercano; es como si se tuvieran que ‘fabricar’ esa tribu con la que antes contábamos y que en estos tiempos se hacen más difíciles, aun cuando son más necesarias que nunca”, agrega Rodríguez.

En el momento del parto también es esencial la figura de la doula. “En este momento aún es más importante ese acompañamiento ya que mientras la matrona, el ginecólogo y el resto de personal sanitario está asistiendo el parto; la mujer necesita sentirse arropada y empoderada en ese momento tan vulnerable, donde es a la vez frágil y poderosa. Las doulas estamos ahí para recordárselo, para acompañarla aún más y sostenerla emocionalmente durante ese proceso”.

Por último, en el postparto también ejerce un papel fundamental la doula, ya que el puerperio, “que no dura cuarenta días, es una etapa donde la mujer puede sentirse muy frágil y necesita verse reflejada, sintiendo que no está sola”. “Acompañar un puerperio es una de las funciones más importantes de una doula porque hemos pasado de criar en comunidad a, con suerte, contar como mucho con la pareja cuando la hay y está implicada”.

De hecho muchas doulas se especializan en esta fundamental etapa y se centran en ese acompañamiento posterior, ya sea vinculándose a la lactancia -también existe la figura de la asesora de lactancia- o a la crianza, guiando grupos de apoyo a la maternidad y la paternidad.

Celebrar una semana de la doula es importante de cara a darle valor y hacer conocer esta figura que aún es muy desconocida porque, como explica Rodríguez, “la corriente de una maternidad más presencial y más consciente está creciendo en los últimos años pero aún no está lo suficientemente instalada”. “Es una figura que además aún no costea la sanidad pública y que incluso aún está un poco estigmatizada”, detalla la doula, que añade: “Sin embargo debemos alejarnos de ese estigma porque, como hemos resaltado, las funciones de la doula distan mucho de las de la matrona”.

Que esta semana sea la semana de la doula se debe a que es la primera semana de la primavera, un equinoccio que representa el regreso de la fertilidad en muchas culturas, el renacer. Y toda doula, y toda madre, sabe que con un parto nace un bebé pero también una mamá.