¿Por qué nos relaja tanto el spá?
Los efectos en nuestro cuerpo y mente de ir a un spá van más allá de relajarnos y alejarnos por unas horas del cotidiano estrés. Estos circuitos termales tienen importantes beneficios para nuestro sistema inmunológico. Te invitamos a conocer cuáles son.
Si el pasado lunes, en San Valentín, te regalaron un vale para una sesión de spá, ya puedes ir buscando en tu agenda cuándo utilizarlo. Te vamos adelantando que fue un buen regalo, con grandes beneficios, más inclusos de los que piensas. ¿Por qué? Porque pasar unas horas en un spá es no solo una experiencia atractiva, sino que repercute en interesantes beneficios para nuestra salud. Te contamos algunos.
Su beneficio estrella es sin duda su poder de relajación. Y es que un spá es ya por definición ese espacio donde te ofrecen terapias, tratamientos y actividades relajantes. Pero esas aguas en las que te sumerges para huir del estrés pueden contener además propiedades minerales y medicinales que cuiden y den brillo a tu piel.
Introducirnos, solos o acompañados, en esas aguas logra que nos aislemos del exterior, que dejemos junto a nuestra ropa aparcadas las preocupaciones. Debemos fundirnos en la sintonía de saber desconectar y para ello es importante que queramos hacerlo. Si nos sumergimos sin ser capaces de “desconectar” la mente, estaremos tirando el dinero. Así que deja fuera el estrés y la ansiedad y permite que el agua te envuelva manteniendo la mente en blanco. Solo de este modo podrás conseguir el primer beneficio de los spá: desprendernos del estrés y (de verdad) relajarnos.
Esta necesaria pausa nos lleva a ventajas emocionales. Más allá de la tranquilidad del momento, debemos ser capaces de mantener en nosotros esa sensación de paz una vez salgamos del agua.
Pero no solo nos trae beneficios para la mente y el alma; el spá también propone un respaldo para nuestro cuerpo. A veces relacionados de manera directa con la parte emocional y otras no. Es el caso de cómo esa relajación mental va emparejada a la relajación muscular, mediante la cual se consiguen disminuir los dolores de espalda, reumáticos y musculares. A ello hay que añadir que la hidroterapia activa nuestro sistema inmunológico, elevando el metabolismo y previniendo enfermedades como la hipertensión.
También mejoran los problemas digestivos, del aparato urinario y la próstata. Es por ello que se recomienda acudir al spá en trastornos femeninos, enfermedades nerviosas y alteraciones de las vías respiratorias.
Enfermedades o trastornos como la artritis, la artrosis, las lumbalgias o el reuma también pueden enfrentarse en los circuitos de spá. En concreto gracias a los efectos antiinflamatorios y sedantes de estos tratamientos de aguas termales. De hecho ayuda también a personas que sufren de migrañas constantes.
A nivel estético acudir a un spá también es positivo, y no solo porque en ellos suelen ofrecerte tratamientos de belleza como peeling corporal, hidratación facial, masaje reductor o anticelulítico. De hecho se recomiendan en determinadas dermatitis , pieles atópicas, psoriasis, lupus... Y es que el contraste de aguas -los fríos, calientes-, las “burbujas”, las distintas presiones del agua... Nos hacen activar nuestra piel, logrando un efecto más luminoso y rejuvenecido. Beneficios por lo tanto, muchos. Así que la pregunta es: ¿Animándote ya a ponerte el bañador?