Desde hace ya algunos años, los colegios dejaron de hacer las típicas manualidades por el ‘Día de la madre’ y el ‘Día del padre’ para abrazar un concepto más amplio de familia. Dejaron de festejar estas jornadas porque en el camino hacia una educación más inclusiva se dieron cuenta de que no todos los niños tienen un padre y una madre.

Lo que sí tienen todos es una familia. Una familia que puede ser una madre y un padre o dos madres, o dos padres, o un solo progenitor. Pero que también puede ser que quienes sean la familia de ese menor sean sus abuelos o el personal de un centro de acogida, o un familiar.

Las personas que le dan amor, quienes garantizan su seguridad y cubren sus necesidades de alimentación, educación y afecto son esa familia. Y es a ella a quienes los centros escolares decidieron festejar. Una celebración que se conmemora cada año el 15 de mayo, como el 'Día de la familia'.

Aunque la sociedad no lleva demasiado tiempo en ese trabajo de la inclusión, el origen de la celebración se remonta ya a hace más de veinte años. Fue en 1994 cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó este día oficial, con el objetivo de reivindicar la familia como núcleo central de cualquier sociedad.

Así que proponemos cuatro actividades para hacer en familia este fin de semana y celebrar que la familia es el mejor regalo que nos da la vida.

1. Viajar en familia

Un viaje es el mejor modo de unir a las personas que realizan juntas ese camino. No hace falta que sea un viaje larguísimo por tierras lejanas. Un fin de semana que nos saque de las rutinas y nos permita dejar la tecnología, móvil incluido, en casa, será suficiente. El viaje nos permitirá conocer lugares diferentes, desconectar y también dar pie a hablar y a conversar, algo que a veces se nos olvida en el día a día.

2. Cocinar en familia

A nadie le amarga un dulce, ni tampoco un buen plato de comida. Ponernos todos el delantal, repartir las tareas y ponernos manos a la masa puede ser un modo divertido de pasar una tarde de domingo en familia. ¿Quién no recuerda esas tardes de Navidad realizando postres navideños con mamá y la abuela? La única diferencia es que ahora, en estos tiempos de inclusión, los chicos de la casa también se pondrán el delantal.

3. Crear en familia

Hacer manualidades o pintar sin límites, dejándonos llevar solo por los instintos, puede ser un buen modo de liberar nuestra creatividad. La manualidad en sí no tiene por qué ser un objeto que solo servirá para decorar, podemos hacer algo útil que después utilice toda la familia. O dar un paso más y hacer bricolaje en familia: darle una nueva vida a ese armario, cambiar de color las paredes... Y a los niños se les puede incluir en la tarea dándole un nivel u otro de responsabilidad e implicación según su edad.

4. Una sesión de fotos en familia

Puede que haya unos a los que las fotos les gusten menos y otros que disfruten mucho haciendo de ‘modelitos’. Sea como sea, una sesión de fotografía en familia puede ser divertida si se plantea bien. Y, en cualquier caso, seguro que todos estarán contentos de tener en esas fotos el recuerdo de la familia que forman.