De madres y padres a hijos vamos transmitiéndoles aspectos importantes de la vida; entre otros a cuidarse. Les inculcamos desde la infancia hábitos de higiene cómo el modo en el que tienen que ducharse o cómo deben lavarse los dientes. También los llevamos al médico, les animamos a hacer deporte, les cuidamos cuando se enferman...

Así, nos convertimos en adultos que intentamos llevar hábitos de vida saludables; tener una dieta equilibrada... También nos proponemos cada vez hacer más deporte y pasar menos tiempo sentados en la silla del ordenador o en el sofá. Una vida menos sedentaria que nos permita disfrutar de una mejor salud.

Pero lo cierto es que nada de esto servirá demasiado si a medida que nos mantenemos o intentamos mantenernos sanos no miramos hacia ese espacio que habitamos. Si aunque queremos mejorarla vamos perdiendo calidad de vida porque vamos ahogando a nuestro planeta.  

Por ello, conscientes de este problema, la Organización Mundial de la Salud se ha enfocado en este 2022 en centrar sus actos por el ‘Día Mundial de la Salud’, que se celebra hoy, jueves 7 de abril, en las necesidades ya no nuestras como individuos sino de nuestro planeta.

‘Nuestro planeta, nuestra salud’ es el lema de una jornada que nos evidencia que sin planeta que habitar no habrá salud que cuidar. Un día que pone de relieve la interconexión entre el planeta y nuestra salud. En este sentido, personas a título individual, comunidades, gobiernos y organizaciones de todo el mundo están compartiendo qué medidas están llevando a cabo o deberían de llevar a cabo para proteger nuestro planeta y, en consecuencia, nuestra salud. 

Las acciones propuestas van encaminadas a mejorar nuestro planeta, pero mejorando el mundo mejora nuestra salud, puesto que incide de manera directa en esos hábitos saludables. Iniciativas como ir al trabajo a pie o en bicicleta al menos un día a la semana, o hacer más uso de escaleras y menos de los ascensores, están estrechamente vinculadas no solo con contaminar menos y hacer menos uso de la energía, sino precisamente con evitar el sedentarismo.  

“Compre alimentos frescos a productores locales y evite los alimentos y bebidas altamente procesados” es otra de estas medidas presentadas. Así como “El tabaco es un producto letal y contaminante. Deje de consumir tabaco”. Ideas enfocadas hacia una alimentación más sana, que respete el consumo de proximidad, el denominado kilómetro cero, y evite los ultraprocesados.

Efectos del cambio climático

Esta serie de propuestas van en la misma línea que la problemática expuesta el pasado mes de octubre, cuando desde la OMS volvían a alertar de los preocupantes efectos del cambio climático. “El cambio climático influye en los determinantes sociales y ambientales de la salud, a saber, un aire limpio, agua potable, alimentos suficientes y una vivienda segura”, explicaban entonces.

Algunos otros datos que aportaban desde la OMS es que se prevé que, entre 2030 y 2050, el cambio climático causará unas 250 000 muertes adicionales cada año debido a la malnutrición, el paludismo, la diarrea y el estrés calórico. “Las zonas con malas infraestructuras sanitarias —en su mayoría en países en desarrollo— serán las menos capacitadas para prepararse y responder frente a esos cambios si no reciben ayuda”, advertían también.

En definitiva, un ‘Día Mundial de la Salud’ que nos aleja de la individualidad para hacernos reflexionar, y sobre todo actuar, por un mundo que nos necesita. Una mente enfocada, un cuerpo activo, una alimentación saludable y un medio ambiente respetado. Aspectos que salvan nuestro planeta y alargan nuestra vida. Porque para salvarnos a nosotros mismos es fundamental poder salvar el corazón del mundo.