Época de laringitis, ¿qué hacer si se despierta con ‘tos perruna’?
Las consultas pediátricas están llenas estos días de pacientes con tos, una tos seca que procede de las vías altas, y se acompaña a menudo de ronquera. No es COVID-19 aunque en ocasiones por protocolo remitan al peque a hacerse el test de antígenos. Es laringitis, de origen vírico, y muy frecuentes en esta época del año.
Tu hijo o hija se acuesta sin aparentemente ningún síntoma y en mitad de la noche se despierta con una horrible tos seca, conocida como ‘tos perruna’, porque se asemeja al sonido que puede hacer un perro. No te alertes, es una dolencia especialmente común en esta época. Y no, normalmente no es COVID-19 aunque a veces, por protocolo y por descartar, remitan a tu hijo o hija a hacerse el test de antígenos.
Se trata probablemente de laringitis, una de las dolencias más frecuentes en esta época del año y que, especialmente si el niño o niña va a la guardería o al colegio, se transmite muy rápidamente porque su origen es vírico.
La laringitis es la inflamación de la caja de voz (la laringe) por uso excesivo, irritación o infección. Dentro de la laringe están las cuerdas vocales, y la laringitis provoca que estas cuerdas vocales se inflamen o irriten, provocando la distorsión de sonidos, más conocido como ronquera. Pero además de esta señal, la tos es el otro síntoma que nos hace pensar que estamos ante una laringitis. También puede ir acompañado de una sensación de cosquilleo y aspereza en la garganta, así como dolor y sequedad también en la garganta.
Es por ello que si los síntomas persisten es probable que necesitemos llevar al niño o niña al pediatra para que le receten antiinflamatorios, como ibuprofeno, o si va a más, una dosis de dexametasona (Corticoide) si es moderada o nebulizaciones de Adrenalina (además de la dexametasona) si es más grave. El pediatra comprobará además si al respirar produce un sonido ruidoso haciendo un silbido agudo al inhalar (estridor) o si pudiera tener dificultades para respirar.
A veces incluso, como reconoce Lucía Galán, la famosa especialista más conocida como ‘Lucía, mi pediatra’, la laringitis se diagnostica casi antes de ver al niño “solamente escuchando como tose desde la salita de espera”.
La pediatra recomienda que cuando el niño entre en esos ataques de tos se abran las ventanas para que respire el aire húmedo. “Esto disminuirá la sequedad de la mucosa inflamada y el niño rápidamente sentirá alivio. También puedes abrir los grifos de agua caliente del baño y respirar el vapor que se genera. ¡Incluso he visto madres que les meten la cabeza dentro del congelador!”, reconoce la pediatra Lucía.
La especialista también recuerda que se debe evitar que el niño o niña llore, corra o se agite, ya que el paso de aire se estrechará aún más y pueden empeorarar los síntomas.
Además de las laringitis, estos cambios de tiempo, al igual que sucede en otoño, suelen traer otras enfermedades, especialmente en los peques de la casa, como son los resfriados comunes, con mocos, estornudos, algo de tos y febrícula, bronquiolitis, bronquitis o crisis de asma, donde la inflamación de la vía aérea es inferior y a veces se acompaña de tos, dificultad respiratoria y sibilantes (pitos) con o sin fiebre. En definitiva, males que se curan entre tres días y un par de semanas, con los cuidados necesarios, las medicinas si el pediatra lo recomienda, y siempre, siempre, dosis extras de amor.