¿Resultaría posible imaginar un mundo en el que el desperdicio de energía eléctrica fuese cosa de un pasado remoto?
Investigadores de la Universidad de Rochester de EEUU han logrado desarrollar un material superconductor que permitiría la libre y directa circulación de electricidad a través del mismo sin ningún tipo de impedimento.

Como bien es sabido, cualquier elemento ordinario por el que viaje la corriente eléctrica tiende a manifestar una resistencia determinada, lo que equivale a que los electrones que lo cruzan se vean obligados a recorrerlo a una mayor lentitud, con las pérdidas energéticas que eso conlleva.

Algunos metales como el aluminio permiten una conductividad más eficiente siempre y cuando esté se encuentre a muy bajas temperaturas –lo que no resulta en absoluto viable en términos económicos–.

No obstante, gracias a los resultados arrojados por parte de un grupo académicos norteamericanos –cuyo descubrimiento ha ocupado la portada del último número de la revista científica Nature– se ha conocido que es posible sintetizar un material integrado por hidrógeno, carbono y azufre al que, aplicándosele una enorme presión, permitiría un grado de conductividad desconocida hasta la fecha.

«Este tipo de materiales son el santo grial de la física. Se llevan buscando desde hace más de un siglo y pueden cambiar radicalmente el mundo que conocemos» explica el físico Ranga Días, director del proyecto.

Aún con los prometedores resultados obtenidos, el siguiente objetivo a conseguir radica en obtener los mismos resultados sin necesidad de aplicar semejantes magnitudes de presión.
 

De llegar a implementarse esta tecnología, asistiríamos a una revolución en la que podrían llegar a verse aplicaciones en campos tan diversos como trenes de levitación magnética, dispositivos electrónicos o la construcción de centrales distribuidoras de energía donde se transportarían millones de megavatios sin que se ni uno se desperdiciara:
Realmente, el futuro está a la vuelta de la esquina.