De entre todas las áreas que integran el amplio campo de la Inteligencia Artificial, la del machine-learning es una de las que más interés ha despertado desde siempre.

La capacidad de las máquinas para adoptar conductas en función de los datos de campo recabados es una realidad que lleva años incrementando su influencia en nuestra vida cotidiana.

El machine-learning brinda la asombrosa posibilidad de automatizar cadenas de operaciones sin la necesidad de que exista un factor humano que reprograme la IA.
Antaño, se afrontaban unas circunstancias sumamente distintas ya que la Inteligencia Artificial requería que los algoritmos por los cuales se regía su comportamiento y acciones fuesen escritos paso a paso.

En este caso, las cadenas de acciones son susceptibles de ser modificados a través de la entrada de nuevos datos que, posteriormente, harán que la IA opere de una determinada manera.

El término machine-learning se empleó por vez primera en 1959, cuando el matemático e investigador Alan Turing desarrolló el test homónimo bajo el cual una máquina debía simular el comportamiento humano, convenciendo a un individuo de carne y hueso de que se encontraba frente a un semejante.

Desde entonces, sus campos de aplicación han experimentado un crecimiento progresivo, siendo ahora un elemento indispensable para la gestión del big data.
A través de la obtención masiva de información digital que se logra de un usuario, la IA elaborará una respuesta apropiada considerando sus intereses, lo que se traducirá en un tipo de publicidad determinada en ciertas webs o determinadas sugerencias en plataformas como YouTube. Otra de los campos en los que su implementación también asegurará grandes beneficios es en el terreno de la automoción.

Instituciones de todas partes del mundo como es el caso del Instituto Tecnológico de Massachusetts ya trabajan en la incorporación del machine-learning en el software propio de los vehículos autónomos con vistas a sustituir el actual sistema de colisión.

El desarrollo de una mayor autonomía en el campo de la IA siempre despierta cierta inquietud dada la enorme especulación de la que el tema ha sido objeto. No obstante, las expectativas de los profesionales  garantizan una mayor adaptación y comprensión del entorno que nos rodea y sobre todo, unas cotas de bienestar nunca antes imaginadas.