Doscientos años repartiendo suerte: Lotería de Navidad, la esperanza en una tradición
¿Y si este año te toca el Gordo? La esperanza de resultar premiado en la Lotería de Navidad no se apaga pero sobre todo lo que no se apaga es la fuerza de la tradición. Más de 200 años repartiendo suerte e iniciando la Navidad de la mano de los niños y niñas de San Ildefonso.
Más que la esperanza de que toque, se trata de una tradición, una más de las que conforman esto de la Navidad, el pistoletazo de salida de las fiestas. Dos bombos, uno que aloja las bolas con los números; y otro que contiene las bolas con los premios. Es 22 de diciembre y el Sorteo Extraordinario de Navidad suena de fondo en las televisiones de los españoles. Para ese día se venden cerca de la mitad del volumen de ventas de boletos de lotería de todo el año. ¿Y si este año nos toca el Gordo?
Que te toque el Gordo supone recibir unos 400.000 euros al décimo, aunque tampoco el resto de premios es poca cosa. Pero más allá de que te toque, decíamos, se trata de jugar, de compartir el boleto entre los hermanos o los compañeros del trabajo, de agarrarse al ‘Y si toca...’, que ya sabemos que soñar es gratis, y más aún en Navidad.
El caso es que la lotería de Navidad se celebra desde hace ya más de doscientos años, sobreviviendo a guerras, crisis y hasta pandemias, incluida la última. El 18 de diciembre de 1812 se celebraba el primer sorteo. España se encontraba en guerra defendiéndose de la invasión de Napoleón. El sorteo, obviamente y dadas las circunstancias, tuvo lugar en Cádiz, el último resquicio de esperanza ante la inminente llegada de los franceses. El entonces ministro Ciriaco González Carvajal fue quien tuvo la idea, a fin de recaudar dinero para sufragar los costes de la Guerra de la Independencia. El número 03604 se llevó el Gordo y el afortunado se hizo con 8.000 reales.
Dos años después el sorteo llegó a Madrid y con la entrada en la capital se convirtió en el sorteo de todos los españoles, el sorteo de Navidad, aunque no fue hasta el 23 de diciembre de 1892 cuando recibió formalmente este nombre. Nada desde entonces ha roto la tradición, aunque eso sí durante la Guerra Civil se hicieron dos sorteos, uno para los republicanos y otro para los nacionales, demostrando que hasta el reparto de la suerte estuvo, como España, dividido.
Pero decir Lotería de Navidad no es solo decir el Gordo. Es también decir doña Manolita, la administración de lotería más famosa del país. Fundada en 1904 por Manuela de Pablo es la administración que más premios ha repartido en la historia del premio de la Lotería de Navidad. Eso sí, las colas para comprar sus décimos en la calle del Carmen de Madrid ocupan toda la calle desde meses antes. Es necesaria paciencia para hacerse con un boleto.
Del mismo modo decir lotería de Navidad es decir niños de San Idelfonso. La Casa de los Niños Doctrinos de San Ildefonso es una institución del siglo XVI fundada con el objetivo de atender a los niños huérfanos del Madrid de los Austria. Una Orden Real promulgada en 1543 efectuaba que la entidad recibiera una importante subvención a cambio de que los menores participaran en actos sociales y benéficos. Fue así como el 9 de marzo de 1771 los niños de San Ildefonso participaban por primera vez en un sorteo de lotería. Desde la creación de la lotería de la Navidad, los niños de San Idelfonso siempre han sido la voz de la suerte. Sus tonos agudos y su ilusión contagian y dan comienzo al espíritu de la Navidad.