Apuntes “rápidos” para escribir un guion
Si te apasionan las películas y las series y está rondándote la idea de crear tus propias historias, hoy nos adentramos en algunas recomendaciones para que tomes pluma y papel (vamos, el ordenador) y dejes correr tu imaginación. ¡Aprovecha las vacaciones!
Detrás de una buena historia siempre hay palabras. Unas palabras que en el caso del cine y de la televisión se llaman guion. Vivimos rodeados de historias, narramos, contamos cosas todo el tiempo. Durante la pandemia, uno de los libros más vendidos fue el clásico ‘La peste’, de Albert Camus. Y es que necesitamos escuchar historias, sentir historias para sobrevivir, para ordenar el caos.
Recurrimos a ellas en nuestro día a día, en las narraciones que forman parte de nuestra vida a modo de contarle “algo que nos ha pasado” a alguien. Pero también recurrimos a ellas como evasión, consumiendo cine y telelvisión desde diferentes plataformas.
¿Qué pasa cuando, además de todo esto, necesitamos también contar, guionizar?
Todos sabemos narrar, pero el primer paso para hacerlo bien no es escribir bien, ni siquiera escribir; es leer. Todo el mundo que quiera poner palabras debe haberlas leído antes: un básico.
Lo siguiente es elegir: seleccionar qué queremos contar y qué no. Porque es evidente que todo no podemos contarlo, que no es posible quedarnos con cada matiz. Así que segundo paso, elegir.
Robert McKee, uno de los principales estudiosos del guion, y autor del clásico ‘El Guion: sustancia, estructura, estilo y principios de la escritura de guiones’, explica que antes de entrar en la materia de escribir un guion, se deben conocer algunos de los términos que forman parte del glosario cinematográfico.
Los acontecomientos son los que dan inicio a una narración; un hecho que genera un cambio en la situación de vida de un personaje. Ese cambio es lo que en guion se denomina “conflicto”.
Escenas. Acción que se produce a través de un conflicto en un tiempo y un espacio más o menos continuos, y en él que cambia uno de los valores de la vida del personaje. Varias secuencias, una detrás de otra, conforman un acto. Un término que es una herencia de la Poética de Aristóteles. Un planteamiento inical, un primer acto que presente la trama; un segundo acto, en el que se desarrolle el conflicto, y un tercer acto que de una resolución.
El último concepto es el de clímax narrativo, que es aquello que va a acelerar el verdadero cambio del protagonista, es el momento de mayor tensión del personaje, y se debe dar entre el segundo y el tercer acto. El clímax es el corazón de la historia, y es tan importante que algunos guionistas recomiendan empezar por aquí para después generar el resto del guión.
Para ello, los aspirantes a guionistas deben seguir una estructura: detonante y punto de giro en ese primer acto; punto medio en el segundo acto, el cual termina con el segundo giro, y por último, climax y resolución.
A esta estructura básica se le suman tres elementos necesarios: personaje, conflicto y toma de decisiones ante un conflicto. Una vez claros estos tres aspectos, hay que jugar... Hasta aquí los primeros “apuntes rápidos” para escribir un guion. ¿Preparado para contar tu película?