Rafael Morata: “El cine puede enseñar valores y ofrecer una visión especial de la vida”

Rafael Morata: “El cine puede enseñar valores y ofrecer una visión especial de la vida”
Carmen Sevilla y Reiner W. Fassbinder tienen en común más de lo que podríamos imaginar. Rafael Morata, maestro de Educación Primaria y cinéfilo con más de mil títulos en su casa, reconoce que fue una película de la actriz española la que marcó su afición por el melodrama “y los finales chungos”. Los amantes de la gran pantalla conocen a Rafa por su blog ‘El cine por delante’, dedicado al director alemán R. W. Fassbinder, y por ser el creador del cineclub del mismo nombre de la Biblioteca Pública de Ceuta.

La primera pregunta es sencilla. ¿Cómo empezó la afición al cine?

La culpa la tiene el cine Terramar que estaba en Hadú. Ahí me llevó mi madre por primera vez mientras esperábamos a que mi padre saliera del trabajo. Quedé hechizado por el cine. Me fascinó la primera película que vi, que era una españolada de Carmen Sevilla de los años 70 (‘Una mujer de cabaret’). Un niño no tenía por qué entender aquella película, y sobre todo soportarla, pero me fascinó la forma tan dramática en que terminaba, con ella cantando ‘Te quiero, te quiero’ de Nino Bravo mientras la policía entraba a detenerla porque había asesinado a un explotador. Me impactó y esa película que yo vi con 5 o 6 años me marcó sobre todo en los gustos. Ahí nació mi afición a mi género favorito que el es drama, o mejor, el melodrama, y también mi afición hacia los finales chungos, que a mucha gente no le gusta.

 

¿Qué películas te han impresionado más en tu recorrido cinéfilo?

Esa primera película me marcó claramente. Recuerdo perfectamente aquella tarde y recuerdo también que Carmen Sevilla se convirtió en una especie de mito para mí. Si alguna me marcó, fue esa , junto con Superman 2 y junto con el estreno a nivel nacional de 2001, que yo no entendí nada pero aquella cosa tan inexplicable me fascinó. La gente salía del cine cabreada o diciendo que qué habían visto. Yo no sabía qué había visto pero aquello me dejó fascinado.

 

¿Por qué el cine tiene la capacidad de provocar pasiones tan opuestas en una misma obra?

Como todas las artes, el cine es subjetivo y lo peor te puede resultar lo mejor o lo mejor te puede resultar un tostón. Entre mis pasiones confesables nunca he ocultado que detesto a Orson Welles. A mí ‘Ciudadano Kane’ siempre me ha parecido un aburrimiento. Me encanta el cine barroco y ‘Ciudadano Kane’ es barroca pero me ha aburrido soberanamente porque está dirigida por un niñato que se cree un genio y quiere impactar en todas las secuencias. Es verdad que puede impactar pero a mí no me ha producido ni frío ni calor, ni cuando la descubrí de adolescente ni cuando he intentado verla ahora. Sin embargo, veo otra película como ‘Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón’, que la rodó Almodóvar de aquella manera, incluso cortando cabezas en los planos y me sigue emocionando como el primer día. Además esa película hoy en día no se podría rodar. El cine es un misterio, como cualquier arte.

 

¿Cuál sería una película imprescindible para todos?

Ahí entran mucho mis gustos. Por mi pasión por Rainer Werner Fassbinder yo aconsejaría a todo el mundo que viera ‘Solo quiero que me ames’. También elegiría otra de uno de los directores que yo me llevaría a una isla, que es Josef von Sternberg. De él recomendaría ‘Marruecos’, con Marlene Dietrich. Y una tercera película tal vez sería una de Almodóvar, de Visconti o de Buñuel. Son autores que aunque tengan películas que no te gusten mucho, que son las menos, no puedes escoger porque elegirías cualquiera. De Visconti elegiría ‘El Inocente’, por ejemplo, y de Buñuel, pues ‘Él’.

RAFA MORATA

Como maestro de primaria conoces bien el sistema educativo. ¿Qué nos enseña el cine que no nos enseña el colegio?

Los tiempos han cambiado. Cuando yo era pequeño, aparte de las salas de cine, teníamos la televisión, y en franja de máxima audiencia lo mismo te ponían una película norteamericana que una película de Federico Fellini o de Akira Kurosawa. Yo vi las ‘Noches de Cabiria’ de Fellini con 13 años y me dejó noqueado. A mí el cine me enseñó una idea de la vida y de la estética que difícilmente ahora a la gente más joven les pueda calar. Hoy hay muchos efectos especiales en cine, mucha acción, mucha música omnipresente. Yo le veía el lado estético o aquello que me podía enseñar. Con 13 o 14 años vi ‘El Pico’ de Eloy de la Iglesia, que narraba el mundo marginal sobre las drogas y aquello me impactó. La película no te advertía sino simplemente te exponía una realidad y tu de eso aprendías. Te obligaba a una cierta conciencia. Todo era una experiencia estética. ¿Qué te puede enseñar el cine? Pues unos valores, una visión de la vida, como me enseñó a mí, también mi gusto por todo lo artificioso y barroco. Cuanto más recargada es una película, más movimientos de cámara hay, más objetos interpone entre el espectador y la pantalla, más me apasiona. Casi todos mis directores favoritos tienen eso. También me ha enseñado mucho, mucho, mucho sobre la vida y sobre mi conciencia social. Difícilmente hoy el cine puede hacer eso porque está básicamente enfocado a entretener.

 

¿Cómo influye el cambio de modelo del cine con las plataformas ‘streaming’ en la industria y el público?

Internet nos ha democratizado todo. Donde antes tú podías ver cierto tipo de cine en la segunda cadena de televisión española, ahora puedes tenerlo a golpe de descarga en internet. Yo creo que lo que falla en España es que el cine se toca de manera tangencial en una asignatura de Historia del Arte en bachiller mientras que en Francia, por ejemplo, está en los planes de estudio. Aquí no hay una motivación hacia el cine y muchos chavales no han visto una película en blanco y negro en su vida. Yo como maestro de primaria me impuse la tarea de que los niños, en la semana cultural de mi colegio, vieran ‘Tiempos modernos’ de Chaplin. Con ello se enfrentaban al cine mudo y a una película en blanco y negro, que muchos de ellos ni las conocían. Es increíble cómo los niños se reían con las situaciones y disfrutaban. Es una película un poco peliaguda en ciertas escenas y había niños que se quedaban impactados, pero todos disfrutaron, rieron y, sobre todo, descubrieron algo. Eso es lo que falla, que no haya una educación hacia el cine. Quizá si hubiera ese estímulo muchos niños tenderían hacia otras cosas. No sé si aquella experiencia fue la única que tuvieron los alumnos con este tipo de cine. Yo sé que arriesgué y gané porque estaban atentos y callados aunque no había diálogo. La película les obligaba a leer y comprender, pero no se aburrieron y no hubo que llamarles la atención ni una vez.

 

Recibiste una condecoración de la Biblioteca Pública de Ceuta por tu colaboración como creador del cineclub ‘El cine por delante’ . ¿Cómo empezó el proyecto?

Hace dos años contacté con José Antonio Alarcón, el director de la biblioteca, para hablar de la posibilidad de una conferencia sobre el cine de Fassbinder. Al final no pude realizarlo y cuando tuve la posibilidad pensé que, en lugar de la conferencia, podía organizar un cineclub mensual. Le dije que iba a ser arriesgado porque serían películas de cine de autor, en el idioma original con subtítulos, porque yo no concibo el doblaje y no quería para el público lo que no quiero para mí. Da igual que fueran películas antiguas o modernas, simplemente era para acercar otro tipo de cine a Ceuta. A José Antonio le pareció muy bien la idea y esta sería la tercera temporada, frustrada por el Covid. Es cierto que me gustaría que asistiera más gente joven. La edad media es de los 40 para arriba, salvo algunas excepciones, pero he fidelizado un público y todas las propuestas arriesgadas han gustado mucho. Con la película que inauguró esta temporada, ‘Lo importante es amar’, pensé que me iban a correr a gorrazos y resulta que fue la que más debate generó porque despertó pasiones y fue un descubrimiento para las personas que estaban allí. Me fui loco de contento. Lástima que ahí se quedó este año la experiencia.

 

Además de tu blog, que está entre la bibliografía recomendada sobre Fassbinder y el cine en general, ­vas a colaborar con Qreativos. ¿Qué veremos en tus artículos?

Espero seguir en mi línea, hablando sobre cine, directores, géneros y los temas que me gustan. Voy a comenzar con lo que he abierto mi blog de ‘Terramar Cinema’ porque es un cine de Ceuta y describe las experiencias de un niño y adolescente respecto a lo que le aportó el cine. Siempre pretendo mucha humildad, como en mi página sobre Fassbinder. Yo quiero agradecerle lo que él me aportó a mí con mi trabajo en la página. Quiero que la gente aprenda o se motive o se interese por Fassbinder, no que me felicite a mí. Soy solo un vehículo para acercar el cine a la gente. Yo hago mía una frase de Fassbinder que dice que el cine es la mentira 24 fotogramas por segundo. Fassbinder no era partidario de calcar la realidad sino de reproducirla y lo más fascinante del cine es hablar de la realidad envolviéndola en artificio, en cine. Me gustaría que cuando un espectador se enfrenta a una película sea eso, una película que diga mucha verdad pero disfrazada de mentira. En eso Sternberg y Fassbinder eran geniales.

 

 

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