¿Cómo empezó vuestro interés en el mundo de la investigación de fenómenos paranormales?

Sara: Siempre empiezas porque te ha interesado. Ves programas, sigues a gente como Jiménez del Oso o Iker Jiménez, pero te quedas con la cosa de cómo puedes hacerlo tú. Llega un momento en que te atreves y lo haces. Yo llevo investigando desde octubre de 2014. Fui a probar a ver qué ocurría y cuando encontré la primera sorpresa ya cogí el gusanillo y no paré.

José Ramón: Yo soy un gran escéptico pero el escepticismo se acaba cuando te ocurre algo que no puedes explicar. Siempre me había llamado la atención el tema, igual que a Sara, pero desde la barrera. Sin embargo, una vez me fui a revisar una casa que tenía en Mallorca desde hacía diez años para venderla. En el momento en que entré me llamó la atención que todavía estaba la caseta del perro que tuve cuando vivía allí. Hice una foto y en ella salía como una mancha blanca.  La envié a Cuarto Milenio y la sacaron en el programa. La sorpresa fue que en la foto aparecía mi perro, que había muerto hacía tres años. Aquello me impactó, porque no le encontraba una explicación. Ahí me decidí a investigar por qué ocurren ciertas cosas que no comprendemos.

Sara, ¿en tu caso hubo algo que te impulsase o fue curiosidad?

Sara: Siempre hay algo. Por suerte o desgracia me llevan ocurriendo cosas desde muy joven. Al principio no quise prestarle atención. Pensaba que tenía que tener alguna explicación lógica. Si estaba en mi casa y sentía que me soplaban pensaba que era una corriente de aire, por ejemplo. Luego empecé a tener problemas con el sueño. Tenía sueños lúcidos y parálisis del sueño. Nunca he llegado a ver lo que lllaman el hombre de negro o el hombre con la capa y el sombrero durante las parálisis del sueño, pero los sueños lúcidos eran muy recurrentes y muy parecidos unos con otros. Eso, unido a otra experiencia más extraordinaria, me hicieron ver que tenía que haber algo. Eran muchas casualidades. Yo también soy escéptica y nosotros intentamos siempre darle la explicación científica, pero hay cosas que no la tienen.

José Ramón: Yo voy a puntualizar. Yo creo que tienen explicación pero no somos capaces de saber cuál es.

¿Entonces a medida que avance la ciencia y la tecnología creéis que se irá dando explicación a más cosas?

Sara: Sí, sin duda.

José Ramón: Yo creo que sí, lo que pasa que hoy en día no hemos encontrado la manera de saber por qué se produce. ¿Por qué se graba una voz en una grabadora? ¿Por qué en una fotografía sale algo? Eso es un fenómeno físico que no sabemos por qué ocurre. Lo más recurrente es pensar que es un fantasma o un espíritu. Nosotros no lo sabemos. Investigamos para obtener respuestas. El fenómeno es fascinante pero es muy aventurado decir que se debe a algo concreto. En Estados Unidos se experimenta mucho en las universidades y la parapsicología es una materia más.

¿El escepticismo es un factor importante en la investigación?

José Ramón: Sí, es fundamental verlo con escepticismo. De hecho nosotros huimos de personas tipo sensitivo o que dicen tener un don porque son cosas subjetivas. Un dispositivo electrónico, como una grabadora, es un notario objetivo. También cuando hemos hecho investigaciones y hemos sido testigos de algo varias personas. Así ya no es una apreciación personal. Esos son los factores a los que nosotros le damos valor e investigamos y analizamos.

¿Qué es lo primero que hacéis para empezar una investigación?

Sara: Hablar con la persona que nos llama. Ver si tiene alguna especie de trauma. El factor psicológico en estos casos es muy importante porque la sugestión puede hacerte creer que notas fenómenos extraños pero que no lo son realmente. Es la propia reacción de tu mente. Conocemos muy poco de la mente.  Se puede proyectar por sugestión cierto tipo de fenomenología que parece paranormal. Es muy importante hablar con la persona, saber qué le pasa, qué está viviendo en ese momento, cuántas personas en la vivienda o lugar lo han experimentado. Hay que hacer una entrevista seria, intentando sacar la máxima información sobre esa persona o la familia.  A raíz de ahí empezamos la investigación de campo sobre qué posibles fenómenos, o no, ocurren realmente.

José Ramón: Es muy importante averiguar la predisposición de esa persona a querer convertir ciertos fenómenos en algún mensaje de un ser querido, etc. Por ejemplo, aquí en Ceuta es curioso que nos llamó un organismo oficial, con el que no teníamos ningún contacto, para que pasásemos la noche en un edificio oficial porque los empleados tienen miedo. Son gente que tiene más que perder que que ganar. Pasamos un a noche entera allí y lo que contaban los empleados era verdad. Obtuvimos un montón de resultados. Desde fotos muy extrañas a hacer preguntas y que nos contestasen o que se encendiese la luz al pedirlo. Lo que grabamos nos dio información que no conocíamos y, al constatarlo con planos históricos, coincide.

¿Alguna experiencia que os haya impactado en particular?

Sara: Una vez estábamos investigando con un grupo de personas un poblado abandonado en el coto de Doñana. No había carretera ni pueblo alrededor. Estábamos en el salón de uno de los edificios centrales y escuchamos el golpe de una piedra en la pared de la fachada. Al principio pensamos que había sido algún gracioso y tres del equipo fueron a mirar por los alrededores a ver si había gente. Cuando ellos estaban fuera, los otros tres que estábamos dentro escuchamos pasos que venían de otra entrada y una patada. Pensamos que eran personas que querían hacernos la gracia y nos preocupaban los coches o que nos quisieran robar. Los que había salido vinieron corriendo hacia nosotros cuando dijimos que estaban aquí pero no vieron a nadie. Uno de los sensores de movimiento había desaparecido y se veía en el polvo del suelo como si hubieran dado una patada y se hubiera arrasado algo. Lo encontramos en otra habitación tirado y desarmado. Oímos carreras y voces en el piso de arriba y fuimos a ver pero tampoco había nadie.

José Ramón: Un guarda se acercó al ver luces y nos dijo que allí no había nadie más. Decidimos cambiar de lugar y fuimos a la iglesia que estaba al lado. Sara entró primero y dijo “hola” y una piedra fue directa a la pared. Efectivamente luego en nuestros resultados había hasta imágenes. Lo más palpable quizá sea eso.

Sara: Eso en cuestión de espectacularidad, pero en el sanatorio abandonado de Agromonte tuvimos sensación de ahogo, de no poder respirar. En ese lugar nos dio dolor de cabeza, de estómago, sensación de agobio y una bajada de temperatura muy brusca. Hicimos la investigación entera y no nos llegamos a asustar porque no pasó nada, pero la sensación de opresión y malestar mayor fue allí. Luego analizando el material también encontramos cosas.

Hay mucha variedad de sensaciones y fenómenos. ¿Hay algo común en ellos?

José Ramón: Cambia mucho según el lugar. Lo normal es no sentir nada. Hay gente que viene y se espera que va a vivir una aventura, pero investigar es muy aburrido. Hay que estar muchas horas, tener mucha paciencia, estar en silencio. Te sorprende luego analizar el material, cuando realmente hay algo.  También hay muchos tipos de fenómenos. El que interactúa contigo es el que más espectacular. Las respuestas inteligentes, como preguntar “¿estás muerto?” y que te contesten “estoy muerto, lo sé”. En una casa del Revellín, por ejemplo, se me oye decir en la grabación “vamos a la planta de arriba” y se oye una voz que dice “no subas”. No lo escuchamos en el momento. Es luego en el laboratorio cuando ves la respuesta en la grabación y mirando la hora ves que coinciden las respuestas con lo que anotamos. Pero, quitando los detalles, es muy aburrido ir haciendo todas las mediciones y grabaciones en cada habitación. Es muy laborioso. Puedes pasarte un mes investigando. Parece muy fácil cuando solo ves los resultados. Nos consideramos científicos, no ilusionistas.

¿Qué resaltaríais de la investigación para que tenga solidez?

Sara: No puedes investigar un caso si no tienes la documentación histórica. No de diez años sino que intentamos averiguar qué ha sido el lugar desde sus inicios. A veces es muy complicado. Hay que meterse en las bibliotecas y a veces no tienes acceso. Sin documentación histórica no se sostiene un caso. 

José Ramón: En Ceuta es muy curioso el último caso que hicimos con Qreativos, que  fue la Cruz Roja. Está encima de un antiguo cementerio provisional y eso lo hemos sabido a raíz de investigar el edificio. Indagando en la historia descubrimos que al lado se ejecutaba gente. Al saber esto ves que tiene cierta razón de ser que ocurran cosas que coinciden con lo que cuenta la historia. Muchas veces la historia no te da respuesta pero te da una pauta. Por desgracia, por dentro no hemos podido buscar porque no nos han dejado entrar. En Ceuta lo tenemos muy difícil porque hemos hecho peticiones a diversos sitios para investigar pero ni siquiera nos contestan, salvo cuando hay ciertas personas con interés personal.

¿Qué tienen los programas y temas sobre el misterio para atraer a tanta gente?

Sara: La adrenalina. Tanto los programas como las películas, etc. te producen la sensación de tener miedo y que, fisiológicamente, suba la adrenalina.

José Ramón: La adrenalina y el morbo. Muchos seguidores de este tipo de programas quieren verlo solo desde la barrera, que a ellos no les pase nada, pero cuando vives algo real, es asombroso.

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