¿Qué es lo que más recuerdas de la experiencia de Viena?
La experiencia allí de Erasmus fue intensa porque teníamos muchas asignaturas y muchas clases pero fue súper provechoso. Lo más impresionante es la cultura musical que tienen en general fuera de España. En Europa la cultura musical que hay es brutal y todo tipo de público tiene acceso a la música. Puedes ir a la ópera por dos euros o al Musikverein, donde se hace el concierto de fin de año, a ver la sinfónica de Viena, por cinco euros. Y también en Europa hay mucha música en directo. Praga, por ejemplo, dicen es la ciudad donde más conciertos diarios hay. Unos 80 creo, una locura.

¿Ceuta se está poniendo al día en materia musical?
Sí, en Ceuta la cosa está mejorando. El panorama es más rico que hace años y hay más movimiento. Hay locales que apuestan por la música en directo, como la pizzería D’Armando o el Bistró de George. En ambos tocamos desde hace tiempo y nos sentimos como en casa. Está la Sala Velvet e incluso el festival Ampatízate, a través del colegio Ortega y Gasset, que también da cabida a muchos grupos locales. Ahora toca Tyrell Corporation en el Teatro Auditorio Revellín. Creemos que hay menos músicos aquí de los que realmente tenemos. Además en Ceuta hay mucho roquero, lo noto sobre todo en la tienda.

¿Cómo empezó el proyecto de abrir una tienda especializada en Ceuta?
La tienda fue una aventura. Acabé de estudiar y quería seguir en el sector. Tenía mis clases particulares y trabajaba con la escuela de música, pero poca cosa. Me planteé abrir una tienda de música. Aquí es una aventura porque no sabes lo que te vas a encontrar. No hay venta online a la Península, a Marruecos no se puede exportar… el campo de clientela es muy pequeño. Cuando le dije a mi familia y a mis amigos que quería abrir una tienda de música me dijeron que estaba loco. Abrimos hace casi cinco años la tienda con una inversión muy pequeña. Tenía tres guitarras colgadas, un cajón en la esquina y cuatro cosas. Poquito a poco hemos ido creciendo gracias a la confianza de la gente, a pesar de que el mayor competidor es internet. Poco a poco hemos ido haciéndonos con mucho material y creo que lo estamos consiguiendo, dando un buen servicio y con unos buenos precios. 

Zyryab Musical es un nombre difícil para una tienda. ¿Por qué lo escogiste?
Es un tema y disco de Paco de Lucía que significa pájaro negro. Era el apodo de un músico del siglo IX que influyó enormemente en el desarrollo de la música andalusí. Es verdad que el nombre no es fácil y al estar escrito con nomenclatura musical es todavía más complicado, pero me encantaba ya de antes, y cuando abrí la tienda siempre tuve claro que quería ponerle ese nombre. 

No solo estás implicado en la tienda, también cuentas con una escuela de música para todas las edades. 
En la escuela tenemos muchas especialidades. Ofrecemos las materias de guitarra española, guitarra flamenca, guitarra eléctrica, bajo, batería, cajón flamenco... También vientos como saxofón y flauta. Llevamos año y medio aproximadamente y estamos muy contentos con el profesorado y el alumnado, creciendo poco a poco.  Para los más pequeños tenemos el método Suena Suena, creado por una chica española que se llama Natalia Velilla, y que va desde los 0 años hasta los 7. Con Suena Suena se aprenden los diferentes aspectos de la música a través de la psicomotricidad. Se trabajan las alturas, las dinámicas y todos los componentes de la música de una manera pedagógica y muy accesible para ellos. Hacemos muchos juegos y muchas audiciones, y desde pequeñitos se sientan al piano y a través de la imitación van conociendo el instrumento.

Desde el punto de vista de profesor, músico y padre, ¿cómo ves la formación musical de hoy?
Creo que la música es fundamental, pero es una materia que está un poco olvidada en los centros educativos. Estoy trabajando también en los colegios y en los institutos a través del programa MUS-E®, la fundación del músico Yehudi Menuhin, que intenta reducir la exclusión social y que el niño crezca de una manera más sana a través de las artes. El método empieza a partir de los cinco años y hasta segundo de la ESO. Tienen una hora semanal de música, pero yo creo que es igual de importante que las matemáticas, las ciencias o el deporte. Los niños que tocan instrumentos tienen mayor facilidad a la hora de afrontar otras materias o situaciones en la vida. Me sorprende cuando alguien dice «yo no escucho música» porque desde suena el despertador y te levantas, escuchas música. Nuestro lenguaje hablado, nuestra entonación… todo es música. La cultura musical de los niños, lo que se escucha en los colegios, en las fiestas infantiles... algunos les ponen reguetón desde pequeños. No es que haya que ponerles jazz, pero con 8 años muchos no saben lo que es el flamenco ni quién es Paco de Lucía. La cultura musical de los niños acaba en Maluma. 

Con D’Jazz Flamenk has tocado en Ceuta, Málaga, Marruecos, México… ¿cómo empezó todo? 
El grupo nació en 2013, con Carlos Galet, Rafa Henández y yo. Luego se nos sumó Javi Heredia cantando y nos bautizamos como D’Jazz Flamenk. Comenzamos haciendo bolos todos los fines de semana en el Tokio Copas. Eran muy movidos y esos meses fueron geniales. A raíz de ahí empezamos a picotear en más sitios, en eventos privados… Se incorporó Diego Villatoro, que es un pedazo de pianista y bajista, y empezamos a tomárnoslo un poco más en serio. Hicimos algún bolo con Fanny de Ebhel Africana y nosotros hacíamos la parte instrumental. A partir de ahí el grupo ha tenido varias experiencias, no solo en Ceuta sino nacionales e internacionales. Estuvimos haciendo una gira de un mes en México, hemos tocado en Madrid, en Málaga, en el Festival Internacional de Merzouga un par de años. Ahora, además de seguir con Javi, con Fanny estamos intentando colarnos en algún festival, porque ella está componiendo y se ha bautizado como Ebhel & Band. Queremos grabar y hacer algo un poquito más serio.

También tienes algún proyecto independiente fuera de España. 
Este verano, igual que el año pasado, hago gira con la orquesta popular Sete Luas, en Francia. El año pasado estuvimos de junio a septiembre por varios países de Europa con el Festival Sete Sóis Sete Luas. Este año de momento es solo Francia pero no me puedo quejar. Para un músico de Ceuta, salir y que vengan de Italia a llamar a tu puerta y te digan que quieren que toques en un grupo con gente de Guinea-Bissau, de Brasil, de Italia… es increíble. Estuvimos una semana en una residencia concentrados y ensayando desde las 8 de la mañana sin parar. Cada uno puso su granito, con temas de su región y llevándolo a su terreno. El resultado es muy fresco. Fue duro, pero ver que en una semana has montado un espectáculo de 12 temas con cuatro músicos que no conocías… la satisfacción es gigante.