José Antonio Lapeña: “Este proyecto, es una respuesta a la responsabilidad de aportar al conocimiento de esta especie toda la información que se puede conseguir desde nuestra situación geográfica”
La situación geográfica de Ceuta, a orillas del Estrecho de Gibraltar, nos concede el privilegio de observar, desde primera línea, el flujo migratorio que se produce a través de él. Una enorme variedad y cantidad de especies de cetáceos, aves y peces cruzan las aguas que separan a dos grandes continentes, y comunica a dos masas de agua de enormes dimensiones, y esto ocurre dos veces cada año
Los movimientos migratorios suceden en dos ejes:
•Por una parte, se podría hablar de la “migración vertical” o “migración transversal”, en la que participan principalmente las aves, como las grandes planeadoras (cigüeñas, buitres y aves de presa), también pequeñas aves como las paseriformes (pájaros), otros que pasan desapercibidos como las libélulas o mariposas migradoras... Cruzarán dos veces al año el Estrecho, desde la orilla africana hasta la europea, en la migración primaveral (prenupcial) y en la otoñal (postnupcial), en sentido contrario.
•Por otra parte, también podemos ser espectadores de la “migración horizontal” de peces, aves marinas y cetáceos, que también dos veces cada año, migrarán desde el Mediterráneo al Atlántico, o viceversa.
Este privilegio para los amantes de la naturaleza debería ser valorado en su auténtica dimensión. Necesitamos emprender una gran campaña de divulgación para que los ceutíes sean conscientes de todo lo que nos ofrece nuestra situación geográfica. El mundo de la migración es apasionante y brinda grandes momentos a lo largo de cada año.
De entre la diversidad de aves marinas que realizan una doble migración anualmente por nuestras aguas, destacaría una especie que no deja de sorprenderme cada vez que consigo dar un paso más en su conocimiento, me refiero a la pardela cenicienta, un ave de tamaño medio, pelágica, con una morfología totalmente adaptada para vivir sobre el mar. Exceptuando los momentos en los adultos reproductores tendrán que permanecer en tierra durante su periodo de cría, el resto de sus vidas transcurre en el agua: pesca, descansa y se desplaza sobre el mar.
Toda su morfología está perfectamente adaptada a la vida marina:
•Sus alas estrechas y largas, perfectamente diseñadas para el planeo.
•Plumaje muy resistente y altamente impermeabilizado.
•Técnicas de vuelo enormemente eficientes. Roza la perfección en el aprovechamiento de las corrientes de aire ascendentes que se producen en la superficie del mar y también los vientos en niveles superiores.
•Sus patas, con membranas interdigitales, han evolucionado para conseguir una adaptación extrema para la natación, el amerizaje y el despegue de su vuelo desde el mar; demostrando gran torpeza en sus desplazamientos sobre tierra, y es más patente aún en su aterrizaje, que como ocurre a los alcatraces, deben usar su zona pectoral y abdominal para amortiguar su llegada a tierra, a modo de airbag, para evitar lesiones articulares, en ligamentos o tendones.
•Un olfato altamente sensible y especializado en captar los gases que emiten el plancton.
Todas las pardelas cenicientas pasaron la estación fría en aguas del Atlántico. Los individuos no-reproductores (hasta los 4-9 años), se mantendrán todos estos años en el mar, no pisarán la tierra hasta que comience su etapa reproductora. Los adultos reproductores llegan a sus colonias de cría desde febrero hasta abril, y permanecerán en aguas del mar Mediterráneo hasta que finalice el periodo de cría (de julio a noviembre). Los primeros en llegar a las colonias de cría son los machos, que tendrán que defender su nido (una hura excavada en un talud), la misma de los años anteriores. Poco después llegarán las hembras, y se iniciará el cortejo.
Mi relación con las pardelas cenicientas se remonta varios años atrás, cuando unas veces desde Tarifa y otras veces desde Ceuta, colaboraba en los censos durante su migración postnupcial. Pronto me di cuenta del gran desconocimiento que existía sobre su comportamiento durante la migración, empezando por unas fechas de inicio y finalización erróneas. Así que empecé a planear la forma de estar más cerca de ellas para que me contaran algo más. Mi primer intento de acercamiento fue con un dron, pero pronto me di cuenta que no era tan fácil colocarse sobre ellas, y que se desplazaban más rápido de lo que esperaba.
Al año siguiente encontré una solución eficaz, debía aproximarme desde el mar. Conocí una empresa de Ceuta, Global Yachting, que ofrecía una forma diferente y muy interesante de disponer de embarcaciones compartidas con otros socios, bajo la modalidad de un Club de Navegación. Con el paso del tiempo se ha convertido en la mejor aliada de los últimos proyectos realizados para hacer el seguimiento de las migraciones postnupcial y prenupcial de las pardelas. Mi agradecimiento a Mara (María C. Avendaño), Gerente de Ceuta Global Yachting, por sus esfuerzos e implicación para ayudarme a cumplir con los objetivos de esta temporada migratoria; y en especial a Julio Alberto Tamayo, el patrón asignado por la empresa para gobernar el velero Mara, Julio ha trabajado, en todo momento, como parte del equipo de investigación, colaborando, con mucha eficacia, en todas las jornadas. También debo agradecer a mis compañeros de la Sociedad de Estudios Ornitológicos de Ceuta y SEO Ceuta, su participación en algunas jornadas de trabajo y, por supuesto, y de forma muy destacada, al Instituto de Estudios Ceutíes que ha subvencionado este último proyecto.
Tenemos la grandísima suerte de tener una situación geográfica que nos permite seguir muy de cerca el paso migratorio otoñal de estas aves, pues antes de entrar en el Estrecho, tienen que sortear la Punta del Desnarigado, donde se ciñen muy cerca de la costa. Pasan cada otoño más de 600.000 pardelas cenicientas por un carril migratorio comprendido entre los 100 m y los 2.000 m de este enclave. Esta circunstancia me ha facilitado mucho la posibilidad de moverme, desde el mar, entre ellas, y poder reunir un archivo fotográfico sobre el estado de su plumaje y de su muda, para poder distinguir individuos por su edad (los jóvenes y los individuos de segundo año se distinguen con garantías; los de tercer año y los que presentan un plumaje adulto, con bastante seguridad), también me ayudó a valorar la cantidad de pardelas cenicientas atlánticas que están conviviendo con las pardelas cenicientas mediterráneas en las colonias de cría del Mediterráneo.
Es también justo mencionar que el trabajo de investigación que estoy desarrollando, ha sido posible también gracias al esfuerzo y dedicación de otros trabajos precedentes, coordinados por la Sociedad de Estudios Ornitológicos de Ceuta y SEO Birdlife Ceuta, el seguimiento migratorio de la Fundación Migres, y por los esfuerzos económicos y personales que están haciendo en las colonias de cría una gran cantidad de científicos. Este es el “motor” de la Ciencia, hacemos uso de conocimientos anteriores para avanzar algunos pasos más. Por lo demás, este proyecto es una respuesta a la responsabilidad de aportar al conocimiento de esta especie toda la información que se puede conseguir desde nuestra situación geográfica. Tenemos la gran fortuna de poder observar, desde cerca, al 93% de la población mundial de las pardelas cenicientas mediterráneas, y eso nos da la oportunidad de hacer estudios globales sobre la especie. Los trabajos que se hacen en cada colonia de cría no siempre se pueden generalizar. Es, pues, una ocasión excelente para hacer un seguimiento del éxito global reproductor, los problemas de supervivencia que atraviesan cada grupo de edades, estrategias migratorias, observar el proceso diferencial en la muda...
En cuanto a los objetivos más importantes que tiene planteado este proyecto, destacaría por su transcendencia:
1.Encontrar una herramienta precisa para saber el índice de supervivencia de cada uno de los tramos de edad, y especialmente el de la población juvenil.
2.Mejorar la eficacia de los censos, incorporando la migración nocturna, hasta ahora desestimada, a pesar de ser significativa.
3.Recoger también la migración que se produce antes del 15 de octubre, pues tampoco se registra, y es numerosa.
4.Estudio detallado del proceso de muda de la especie.
5.Distinguir con la mayor precisión posible y fiabilidad algunos tramos de edad.
6.Asociar los resultados estadísticos registrados sobre el estado del plumaje y muda al éxito reproductor, para encontrar índices que nos informen de ello.
7.Analizar la presencia de pardelas cenicientas atlánticas en las colonias de cría del Mediterráneo. Adelanto que los resultados van a sorprender. Es la primera vez que se presentan datos globales, y estos resultados van a tener gran trascendencia.
El trabajo de investigación está ya muy avanzado. La información recogida durante la última migración prenupcial ha servido para resolver algunas dudas que frenaban su avance. Como las fechas de inicio y finalización de las migraciones prenupcial y postnupcial no son las que figuran como oficiales, sería oportuno organizar una gran campaña que se ajuste a las fechas reales, conviene recoger información diferencial de los distintos momentos de la migración, para tener registros que permitan ordenar los acontecimientos. Este trabajo de investigación debe seguir avanzando mientras sigan apareciendo datos relevantes sobre la migración de las pardelas cenicientas.
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José Antonio Lapeña Sarrias
Licenciado en Biología, con la especialidad de Zoología, por la Universidad Complutense de Madrid.