En nuestra ciudad, hace menos de un año saltaba la noticia de un posible caso de acoso laboral a aquellos que se encontraban en la lista vigente de Amgevicesa. El propio Jacob Hachuel, como presidente del Consejo de Administración de la sociedad municipal desmintió y negó esta situación.

Otro caso que se dio en nuestra ciudad fue la denuncia a la directora del Instituto de Idiomas de Ceuta. En este caso fue un trabajador de la propia escuela quien interpuso una querella por hasta 5 posibles delitos: acoso y mobbing, prevaricación, delito contra los derechos de los trabajadores, apropiación indebida…

También en el empleo público, hace ya más de una década, un trabajador del área de Turismo denunció por acoso laboral y ganó el caso tras demostrarse que lo hubo, sentando un precedente.

Perfil del acosador

El objetivo de todo acosador es entre otros, hacer daño psicológico, influir en la disminución de la autoestima de la víctima y su reputación, estigmatizar laboral y socialmente a la persona. Su objetivo es encubrir su propia mediocridad, debido al miedo y la inseguridad que experimentan los acosadores hacia sus propias carreras profesionales. Intentan desviar la atención o desvirtuar las situaciones de riesgo para ellos, haciendo de las víctimas verdaderos chivos expiatorios de las organizaciones y empresas. La mera presencia de la víctima en el lugar de trabajo desencadena, debido a sus características diferenciales, una serie de reacciones inconscientes, causadas por los problemas psicológicos previos que presentan los hostigadores.

¿Cómo identificarlo?

El acosador pretende no asignar ninguna tarea para hacer sentir a la persona excluida y aislada de los demás trabajadores; no valorar el trabajo realizado, ocultar información o transmitir información errónea para que realice su trabajo de manera incorrecta.

Avanzando un paso más encontramos la intromisión en la vida privada de la víctima, criticando su estilo de vida, sus decisiones...

Uno de los campos de trabajo donde más acoso laboral se registra es sanidad. En el año 2012, un grupo de investigadores publicó un artículo sobre el acoso laboral a los trabajadores de atención a la salud en Ceuta. El resultado fue que un 75,1% de los trabajadores encuestados refirió haber sufrido algún tipo de acoso en los seis meses anteriores a la encuesta, así señalan también el desprestigio hacia su  profesión.

Desde el sindicato CSIF se ha reivindicado la creación de un protocolo frente a los casos de acoso laboral en la administración pública. El fin de este protocolo es obligar a la administración a evaluar los posibles conflictos que desde dicho sindicato se han ido detectando.

Quien padece de mobbing o acoso es en muchas ocasiones culpabilizado ante otros superiores, retado y menospreciado tras ir eliminando sus responsabilidades o asignándole sólo tareas de menor categoría. Es por ello que ante situaciones así se hace necesaria la protección de la presunta víctima durante la investigación del caso, que debe denunciar siempre.