Mérida: un viaje a la época romana y un puente hacia la cultura
Hoy nos acercamos hasta Mérida, una de las ciudades más bellas de España, para adentrarnos en un viaje a la presencia de los romanos pero también para cruzar ese puente de la cultura que une pasado y presente, gracias a su festival de teatro clásico.
Todo viajero apasionado, además de por viajar, por la cultura y la historia debe acercarse alguna vez en su vida a la ciudad extremeña de Mérida. Un nombre que debe a su pasado romano, cuando era nombrada como Augusta Emerita. Ciudad que es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y la única ciudad declarada además Conjunto Histórico Arqueológico. Y es que pasear por la ciudad es encontrarse en un propio escenario romano pero no como un espectáculo externo, sino integrado en las propias calles y vida de la ciudad.
Es el caso del puente romano, bajo su imponente mirada no solo los turistas se hacen la clásica fotografía sino que se integra enntre los vecinos, sirviendo de estampa para sus actividades cotidianas. Un improvisado picnic, una clase de yoga al aire libre, un paseo con los niños, y el puente, que añtaño sus 800 metros de largo y 60 arcos que lo componen soportaban un mercado de ganado que se celebraba sobre sus pilares, se convierte en un espectáculo diario regalado a los viandantes.
Otro espacio icónico en mitad de la ciudad es el templo de Diana, un templo de culto imperial ubicado al fondo de una gran plaza que fue parcialmente nivelada. De la plaza se conservan aún lastras de mármol de su pavimentación así como los muros y los dos estanques que flanqueaban al edificio. El templo tiene la planta rectangular y se eleva sobre un alto podio de granito que concluye en molduras.Una columnata rodea el templo. Disfrutar desde la plaza de las vistas del templo de Diana mientras se toma toma una tabla de quesos extremeños y unos vinos es un placer al alcance de cualquiera solo con acercarse hasta la ciudad.
El circo romano, uno de los mejor conservados del Imperio, con cuatrocientos tres metros de largo por noventa y seis y medio de anchura -podía acoger hasta a treinta mil espectadores- es otro de los espacios que nos acercan a ese pasado romano, tan presente en la ciudad.
Pero no todo es romano. La presencia árabe, tan anclada en el sur de España, podemos encontrarla en la alcazaba árabe, una gran fortaleza erigida en la Mérida musulmana por el emir omeya Abderramán II en el 835 de nuestra era. Se trata de la Alcazaba más antigua de la península y se inspiró en modelos bizantinos. Fue en su momento la residencia del gobernador local.
Aunque sin duda Mérida está en la cabeza de todos, aún cuando no hayamos aún pisado sus tierras, por un espectáculo que maravilla a cualquier amante del teatro y de la cultura. Cada verano la ciudad de Mérida se convierte en el epicentro del teatro gracias a su festival de teatro clásico. Ver representaciones teatrales sobre el teatro romano es un espectáculo que emociona a cualquier espectador con sensibilidad. Tanto el teatro como el anfiteatro, usado en el pasado para disputar las luchas de los gladiadores y las cacerías de fieras, es hoy un escenario que sirve de puente entre el pasado y el presente. Una ciudad cultural e histórica que derrocha sensibilidad.