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Encimeras de cocina y radiación
El granito, como cualquier otra roca, puede contener vetas o trazas de elementos radiactivos de forma natural. Algunos de los elementos con actividad radiactiva que más presencia tienen en el granito son el uranio, el torio y los productos que, de la desintegración de éstos, se producen.
El uranio, el torio o el radio, durante su vida natural, se descomponen y pasan a originar gas radón. Este gas, con capacidad radiactiva, es incoloro e inodoro; y lo que más nos interesa a nosotros es su relación con el cáncer de pulmón. Pero no es la única fuente que en nuestro hogar vamos a encontrar de radón, otros materiales de construcción usados en las viviendas, como hormigón o yeso, así como la zona en la que se ubique la vivienda también son fuente de este gas.
El respirar el radón, una parte de él se desintegra dando lugar a polonio. Este elemento químico, descubierto por el matrimonio formado por Marie Curie y Pierre Curie, queda depositado en los pulmones y aumenta el riesgo de sufrir cáncer de pulmón.
El radón aparece en numerosos estudios como la segunda causa de cáncer el pulmón, solo detrás del tabaquismo. Sin embargo, las concentraciones necesarias son elevadas y se ven solo muy incrementadas en el caso de los fumadores.
Una vez más el saber popular es corroborado por la ciencia, y es que ventilar las casas favorece la eliminación del radón, y también de los vapores de disolventes, plásticos y metales que conviven con nosotros en nuestros hogares.
No debe cundir el pánico y quitar todas la encimeras de granito de nuestras cocinas, pues la radiación que emite éste no es de relevancia. Y en el caso del radón generado por el granito, en la gran mayoría de casos con la correcta ventilación el problema se solventa. Solo existen preocupaciones mayores en el caso de que el terreno sobre el que se asienta la vivienda sea de naturaleza granítica, cosa que no ocurre en nuestra zona.