N4BF6BERFVCMPMKTZOO6XXPCFA

DOCUMENTOS QR

El poder de la vida en Chernobyl

El poder de la vida en Chernobyl

Terminada Juego de Tronos, muchos buscan nuevas series con las que llenar los ratos de ocio. Una de las que se ha postulado como favorita es la nueva ficción basada en el accidente nuclear de Chernóbil. En aquellos días el mundo entero se conmocionó, los isótopos radiactivos llegaron adetectarse en la península escandinava, a más de 2000 kilómetros de distancia. 

 

Pero, ¿qué ha ocurrido en estos más de treinta años con la vida en las zonas cercanas a la central?

No hay ninguna fuerza más poderosa que la vida. Cuando la madrugada del 26 de abril de 1986 se produjo el accidente en la central nuclear de Chernóbil, los más pesimistas, creyeron que el final de la vida en todo el continente europeo había llegado. La radiación emitida por el accidente se estima que fue equivalente a 400 bombas nucleares como la de Hiroshima.

En las horas siguientes al accidente, y consecuencia de alta radiación, árboles y animales cercanos murieron casi de forma instantánea. Para evitar lo mismo en la población residente en la zona, más de 300000 personas fueron evacuadas, y nunca más regresaron a sus ciudades natales.

El final parecía haber llegado, y esta región de la antigua URSS iba a parecer la escena de alguna política post-apocalíptica. Pero nada más lejos de las predicciones, hoy día, en las cercanías de Chernóbil aparecen viviendo osos, bisontes, linces, caballos y unas 200 especies de aves.  Investigadores de todas las áreas y de diferentes países estudian el fenómeno, por el que una gran biodiversidad coloniza un área desértica y contaminada.

Existe quienes en todo ven el negocio, y por ello se ha creado la Reserva radiológica estatal de Polesia en Bielorrusia. Esta región también se vio afectada, y hoy día, por un módico precio se puede realizar un tour en el que visitar el área y el intento de repoblación en esta zona, que dos años después del accidente, fue convertida en unas de las reservas naturales más grandes de Europa.

El poder de la vida en Chernobyl