Es bien conocido por toda la comunidad científica que las alteraciones del sueño pueden desencadenar o agravar patologías crónicas. Algunas enfermedades como el Alzheimer, parecen verse incrementadas con la apnea del sueño.

Aquellas mujeres que han padecido cáncer de mama suelen manifestarse, en un porcentaje muy elevado, problemas para conciliar el sueño. Estos problemas suelen comenzar tras el diagnóstico y persiste durante el tratamiento, y una vez superada la enfermedad.  Si bien en este caso, los problemas de sueño aparecen por la intranquilidad y el miedo a la enfermedad, otras patologías y condiciones como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) también está asociado a problemas de sueño, y así lo confirma un estudio que manifiesta que aproximadamente el 70% de quienes tienen TDAH presentan dificultades para iniciar el sueño.

Los responsables de la alternancia entre vigía y sueño son los ritmos circadianos. Cada persona tiene uno, con características independientes a la de los demás. Es por ello que encontramos personas con un carácter más matutinos, quienes rinden con más eficacia en las primeras horas del día y tienen una gran facilidad para madrugar, y otros con un carácter más vespertino, los que presentan mayores picos de actividad en las horas de la tarde-noche.

La importancia de conocer a qué tipo pertenecemos, para poder adaptar nuestras rutinas a las horas de mayor rendimiento.

Para poder disfrutar de un sueño de calidad de estableces las normas de higiene del sueño, que varían según la etapa. No son las mismas para niños que para adultos.

En los menores de 12 años se recomienda acostarse siempre a la misma hora y preferiblemente antes de las 21 horas y dormir una siesta acorde a la edad. Mantener en las horas previas los dispositivos electrónicos alejados (TV, móviles, ordenadores…), así como evitar el consumo de productos estimulantes como refrescos de cola o café. Para los adultos, son muy similares solo se modifica que las siestas nunca deben superar los 45 minutos de duración y la hora de acostarse puede retrasarse, pero se recomienda de la misma forma que sea constante y regular.

Se estima que más de la mitad de la población española presenta problemas del sueño, y emplean los sábados y domingos para recuperar las horas de sueño perdidas. De todos los problemas del sueño, en la primera posición del podio encontramos al insomnio. Más del 75% de los españoles afirma que se despierta al menos una vez por la noche, y 3 de cada 10 reconocen de forma directa sufrir de insomnio.