“Champix” nombre con el que se ha registrado a este fármaco contiene vareniclina, molécula capaz de reducir el efecto que la nicotina tiene sobre el cerebro y, por tanto, disminuye la ansiedad causada por el síndrome de abstinencia. Su mecanismo de acción se basa en bloquear el efecto placentero que la nicotina tiene sobre el cerebro.

El tratamiento debe prolongarse durante un periodo de tres meses y se administra en forma de comprimidos por vía oral. Según los estudios de los ensayos clínicos realizados, a las cuatro semanas de tratamiento la probabilidad de dejar de fumar se ve aumentada en dos, y a las ocho semanas esta probabilidad se ve multiplicada por cinco. Son estos buenos resultados los que han permitido que el Gobierno lo financié.

Según la última Encuesta de Tabaquismo, casi el 24% de la población española es fumadora. Es abrumadora cifra, que ronda casi la cuarta parte de la población adulta del país, supone un alto coste a largo plazo para la sanidad.

Son los jóvenes con edades comprendidas entres los 15 y los 25 años quienes, en mayor frecuencia, consumen más tabaco habitualmente. Entre sexos son los hombres los que más fuman.

De todos los encuestados, el 86% estaba a favor del correcto cumplimento de la ley antitabaco y de prohibir que se pueda fumar en vehículos con menores a bordo.

Con este fármaco no solo se pretender ayudar a bajar el número de fumadores en la población, también disminuir el gasto sanitario y eliminar modelos para los más jóvenes.