Para comenzar hablaremos de Eduardo Navarrete –ex concursante de “Maestros de la costura”- que muestra por primera vez sus diseños a la pasarela madrileña. Su pequeña colección ha constado de prendas con vocación unisex que recordaban a través de los estampados éticos y los pequeños detalles, sobre todo a través de flecos, a un safari de ciudad.

Moises Nieto por su parte se ha concentrado en la creación de prendas básicas donde cuatro colores se convierten en protagonistas, el rojo, el azul, el cámel y el negro. Se presentan en prendas monocolor sin estridencias. Los pequeños detalles decorativos han ido de la mano de encajes y flecos. Destacan en su colección las mantas patchwork, los cortes midi y las superposiciones.

Ana Locking apuesta por un estilo cercano al punk y al barroquismo donde los volantes y los flecos se convierten en grandes protagonistas. Los tejidos vaporosos se dejan para vestir la noche de sofisticación.

The 2nd Skin Co. retrata a una mujer sexy de estética ochentera donde son muy importantes los volúmenes, así como la profusión de los vestidos mini y los volantes, que este año parecen venir en casi todas las colecciones con mucha fuerza. Vemos también en la firma sofisticación y predominancia del negro.

El clásico Hannibal Laguna nos transporta a un mundo de maravillas a través de los estampados de flores y animal print, que se convierten en absolutos protagonistas. Aunque siempre hay un hueco para el monocolor en los trajes de noche.

Roberto Verino, otra de las firmas renombradas, nos trae el mundo del safari de una forma más dulcificada que Navarrete, a través de los colores crudos y ocres. También escoge colores satinados y denim para completar su colección.

La extravagante y siempre imaginativa Ágatha Ruíz de la Prada ha creado una nueva forma de llevar sus diseños a través de ropa deportiva como el chándal. Las zapatillas coloridas de grandes plataformas han sido otra de las novedades de la diseñadora. Por lo demás vemos un poco lo de siempre, espíritu circense y festivo y proliferación de sus símbolos: el corazón, la nube, las flores…

Duyos rompe un poco con la generalización de potenciar el volumen en esta edición, dejándolo sólo para la mangas y  optando por lo general por diseños que nos recuerdan a los años 20. Las flores y los flecos para dar movimiento hacen el resto.

Ulíses Mérida escoge mostrar a una mujer moderna que vive en la ciudad y se decanta entre otras cosas por vestir con tejidos ligeros que la hacen sentirse más cómoda. Los colores saturados se presentan como grandes protagonistas, sobre todo el fucsia –muy en consonancia con Schiaparelli- y el amarillo, que combinados recuerdan inevitablemente al capote del torero. El azul también tiene un papel importante en la colección. No podían faltar los elementos de piel que vienen en forma de estolas e incluso de falda.

Sin duda a mitad de la Fashion Week ya podíamos decir que sería un gran éxito y que más que nunca hemos de reivindicar el sitio que la moda española merece a nivel internacional. Nuestra calidad en diseño y factura nada tiene que envidiar a las grandes marcas de la París o Milán Fashion Week. Una vez más apostar por la moda española es sinónimo de triunfo.

Continuará...