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El nuevo Dandy Genderless
¿Buscando ya las nuevas tendencias en moda para el año que comienza? Nos parece de lo más normal y por eso queremos ayudarte.
Digamos que con este nuevo ciclo llegaran bolsos muy animados y coloridos, los materiales naturales volverán a conquistarnos como el pasado verano, los volantes, los drapeados y el tul llenaran de teatralidad nuestro día a día, nos arriesgaremos con el naranja y el cuero seguirá sin perder el lugar de honor que ocupa en el armario. Pero todo eso será con el paso de los meses y la llegada del calor. Ahora mismo solo hay una nueva tendencia que nos importe. Es perfecta para cualquier mujer de oficina y a partir de este momento la denominaremos como “el nuevo dandismo”.
La ropa a priori de diseño masculino para mujer hoy en día ya no escandaliza a nadie, pero no hace tanto desde aquella primera vez en que el gran Yves Saint Laurent vistió con un esmoquin a una chica. Esto ocurrió en 1966 y entonces quedó patente que cualquier prenda de caballero podía ajustarse perfectamente a las curvas de la mujer, encontrando el punto de feminización adecuado. Algo parecido está ocurriendo ya en la moda de esta temporada. La mujer encuentra sus mejores looks en camisas y trajes de chaqueta.
Os detallaremos cuatro ejemplos para saber vestir y combinar este tipo de prendas sin ningún problema. La clave está en la sobriedad y la elegancia. Las excentricidades las dejaremos esta vez de lado para centrarnos en lo que de verdad importa, la esencia de la moda, el buen gusto y el refinamiento.
La primera de nuestras propuestas tiene su punto de partida en la elección de colores que han de estar en la gama de los ocres y los tierras. La combinación perfecta es la de camisa beige con chaqueta de tono similar y forma estructurada, acompañada de pantalón en tono tierra o marrón de talle alto. Entre los complementos no puede faltar un reloj, unos mocasines y un cinturón en negro o marrón chocolate.
El segundo de los estilismos nos lleva al mundo del dandismo más que ningún otro, elegimos un traje de chaqueta en azul marino y raya diplomática, acompañado de camisa blanca fluida o jersey en gris. Y centramos de nuevo la importancia de los complementos en el calzado y el reloj.
En tercer lugar optaremos por un traje de chaqueta gris de corte años ochenta, amplio y con hombreras. Debajo jersey en color blanco roto o algún top monocolor. Reloj grande de estilo masculino y zapato plano o con algo de tacón gordo. Los stilettos mejor dejarlos para otra ocasión. De nuevo acudimos al poder del cinturón y joyas muy muy minimalistas.
Por último un giro inesperado en esta corriente, el uso de la falda. La meta a conseguir en este look es que esta prenda no reste ni un ápice de masculinidad al conjunto. Para ello nada mejor que escoger el color negro. El vestido o falda ha de ser de corte midi y sobre el superpondremos una chaqueta estilo americana. De nuevo joyas minimalistas y la presencia del reloj. Podremos tomarnos la concesión de llevar zapatos de tacón.
Los cuatro outfits pueden mejorarse y reforzar su esencia a través del uso de gafas y maletines de mano.
El nuevo código para la mujer trabajadora, sobre todo si está en la ciudad, ya se ha escrito. Ahora solo es cuestión de ponerse en la piel de una gran ejecutiva y evitar todo lo que tenga que ver con sobrecargar estos looks. Sin duda queda demostrado una vez más que el clasicismo nunca falla cuando se trata de moda, el refinamiento sin género tiene todas las papeletas para conquistarnos, por lo menos en los meses que quedan de frio.