El Carnaval tiene su origen en fiestas paganas de la antigüedad, aunque en la actualidad la fecha queda determinada por la tradición católica. Muchos historiadores datan el origen del Carnaval en la Sumeria y el Egipto antiguo, hace aproximadamente 5000 años. Posteriormente, el Imperio Romano adaptó la costumbre, y desde ahí se expandió por todo el continente europeo. Otros, según la etimología de la palabra, lo asocian a Carna (diosa celta de las habas y el tocino) o a Karna, deidad indoeuropea. Fue en la Edad Media cuando la Iglesia católica propuso la palabra carnaval, y de ahí que se piense que procede del latín carne-vale o “adiós a la carne”.

En cuanto al porqué actual de la celebración, se cree que es un fin de semana de descontrol, buena comida y diversión para despedir al cuerpo de los placeres más mundanos en vista a los cuarenta días de ayuno y sacrifico que suponían para muchos la cuaresma.

El Carnaval se celebra siempre el fin de semana anterior al miércoles de ceniza, es decir el fin de semana previo a la cuaresma. La cuaresma, los cuarenta días previos a la Semana Santa, este año se retrasa hasta la mitad del mes de abril, y es por eso mismo, que el fin de semana carnavalesco también se celebra más tarde de lo habitual.