Ligada a la música desde prácticamente su nacimiento, no hay día sin ella en la vida de Alba. Si bien todo comienza en las reuniones familiares donde siempre había alguien cantando, su familia y ella misma deciden darle forma a ese talento en el Conservatorio Profesional de Música de la ciudad. Para Alba esta época trae muy buenos recuerdos, tanto que decide enfocar su vida a la docencia musical, optando por estudiar en la Facultad de Educación para ser algún día maestra de música.

Con tan solo dieciocho años, Alba se subió por primera vez a un escenario de la mano de Miguel Nández, gran amigo suyo y participante de la segunda edición de Operación Triunfo.

En la actualidad, Alba trabaja y estudia muy duro por conseguir una merecida plaza como maestra de música. Ese es su proyecto más sólido y cercano. Pero no es capaz de renunciar a la música, y además de seguir trabajando con la orquesta local “Joven Sabor” -a la que ella considera como parte de su familia desde hace cinco años- espera poder conseguir una carrera musical en solitario bajo el nombre, que aúna sus dos apellidos, Alba Torrol. Afirma que la calidad profesional y humana de esta orquesta es un poderoso motor para seguir queriendo trabajar y evolucionar en esta compañía musical.

La cara de Alba es nueva para unos pero ya conocida para muchos en el ambiente más carnavelero de la ciudad. La riqueza y al ambiente del Carnaval fue lo que la incitó a formar parte activa del mismo de la mano de un buen amigo que la había escuchado cantar en la orquesta. Su debut en el Carnaval de Ceuta fue con la comparsa “Al llegar al paraíso”, de la que hoy solo puede guardar buenos recuerdos.

Al futuro Alba solo le pide felicidad y poder compartir con los más pequeños el amor por ese veneno que para ella es la música.