Ahora un estudio publicado por el Colegio Americano de Cardiología avala que la siesta contribuye a la disminución de la presión sanguínea, y esto favorece la disminución del riesgo de sufrir un ataque al corazón.

Así se ha visto que dormir la siesta, reduce los niveles de la presión arterial en el mismo grado que otros factores del estilo de vida como el consumo de poca sal o alcohol. La reducción de la presión arterial se puede ver disminuida entre 3 y 5 mmHg.

Un fármaco para hipertensos disminuye los niveles entre 5 y 7 mmHg de media, y se ha observado que la caída media de la presión es de 5 mmHg en quienes se echan una siesta durante el día, por lo que puede ser un buen complemento para quienes toman a diario medicación.

La importancia de este hecho radica en que una bajada en la presión arterial de 2 mmHg reduce el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares como un ataque al corazón en un porcentaje cercano al 10%.

Aunque aún queda más investigación para corroborar este hecho, los investigadores alientan a que quienes se echen una ratito a mediodía no sientan culpabilidad dados los beneficios que se observan en la salud de quienes llevan a cabo esta práctica.