Cada año en nuestro país se diagnostican 4000 nuevos casos de leucemia. Muchos de estos pacientes oncológicos tienen la posibilidad de salvar su vida gracias a un trasplante de médula ósea. En términos generales, cualquier persona sana con edades comprendidas entre los 18 y los 60 años puede ser donante, siempre no padezca enfermedad infecciosa que pueda pasar al receptor.

La donación de médula es un proceso que se realiza extrayendo una pequeña cantidad de sangre de la parte posterior del hueso de la cadera o de sangre periférica. Esta extracción se realiza bajo anestesia general o epidural, y no supone más riesgo que la anestesia. Se hace necesario administrar al donante unas dosis de factor de crecimiento hematopoyético con el fin de asegurar la obtención de un buen número de células madres hematopoyéticas. Estas células madres son las precursoras de las células sanguíneas.

Esta donación que permite salvar una vida solo puede ocasionar en el donante un ligero malestar musculo-esquelético consecuencia de los factores de crecimiento que desaparece en pocos días.

Con la donación se consigue sustituir todas las células de la sangre del paciente por células no cancerosas de un donante sano. Pero encontrar una persona compatible con el paciente no es sencillo. En los primeros momentos se busca la compatibilidad entre los familiares, pero en un 70% de los casos no existen donantes compatibles en la familia. Para ello, en nuestro país existe un sistema capaz de localizar un donante en todo lo amplio del territorio, pero para que esto sea funcional, debe estar inscrito como donante de médula.

En nuestra ciudad, solo 125 personas se han hecho donante de médula este año. La oportunidad de esta tarde ha permitido demostrar el gran espíritu solidario de la población ceutí.