Granjas escuela, un modo de ocio familiar entretenido y educativo
Las granjas escuela son un recurso educativo cada vez más popular, donde los niños y niñas aprenden los cuidados de los animales y las tareas de un huerto de una manera lúdica y divertida, además de didáctica. ¿Sabes si en tu ciudad alguna de ellas ofrece actividades escolares, días en familia o campamentos de verano?
No, la leche no sale de la nevera, sino de una vaca. Una obviedad que no todos los niños y niñas conocen. Nuestro modo de vida cada vez más urbano, y repleto de tecnologías, hace que a veces nos olvidemos de la esencia, de los orígenes. Niños y niñas, sobre todo de grandes ciudades, que nunca han visto de cerca una vaca, una oveja o un cerdo. Y que, en consecuencia, tampoco tienen demasiado claro que estos animales son el origen de muchos productos de nuestra alimentación y cuidados cotidianos.
Una granja es una casa de campo con tierras o un conjunto de instalaciones que se destinan a la explotación avícola o ganadera. Establos, corrales... que dan cobijo a vacas, a ovejas, a cerdos, a gallinas, a burros, a conejos... Si a estas granjas les añadimos un concepto educativo, nos encontramos con las granjas escuelas. Se trata de centros ganaderos cuya labor principal no es solo cuidar de los animales que allí habitan sino actuar como centro educativo, normalmente para niños y niñas de edades de Infantil y Primaria. De este modo están enfocados en realizar diferentes actividades relacionadas con el medio rural y con el medioambiente.
Suelen disponer de varios espacios con distintos tipos de animales donde los niños y niñas puedan interactuar con ellos, tanto aprendiendo sobre estos animales como realizando las labores diarias de su cuidado. En las visitas a las granjas escuelas, los pequeños aprenden de primera mano cómo ordeñar una vaca, cómo se pastorea a las ovejas y cómo de ellas se extrae la lana, cómo cuidar a los conejitos y cobayas, aprendiendo que no se puede tocar a los gazapos porque si no la mamá conejo los repudiará. Los niños, probablemente, vayan a alimentar a los cerdos, previo aviso de que no metan la mano porque a estos animalitos les cuesta distinguir una mano de una suculenta rodaja de sandía. Aprenderán qué animales son omnívoros y cuáles hervívoros y qué productos se extrae de cada uno de ellos.
Las granja escuelas suelen complementar sus talleres de granja y animales con un huerto, donde los los escolares aprendan a cultivar y las distintas fases de siembra, regado y recolección.
También suele aprovecharse la jornada para realizar otro tipo de talleres de manualidades, aunque normalmente relacionadas al trabajo realizado. Por ejemplo coger hierbas aromáticas del huerto o invernadero y hacer ambientadores que después puedan llevarse a casa. También es frecuente que entre los talleres se incluya, por ejemplo, aprender a hacer pan.
Este tipo de espacios suelen tener varias formas de visita. Una de ellas es la de visitas escolares o de grupos de niños y niñas que van a pasar un día a la granja escuela como actividad educativa. Otra opción, normalmente en los fines de semana, es a modo de actividad familiar donde se combinan los talleres de los niños con un almuerzo en las instalaciones, en donde suele predominar alimentos extraídos del contexto de la granja: carnes de la granja, huevos recién cogidos...
Cada vez más frecuente es también que las granjas escuelas programen campamentos de verano. Para estos, normalmente, complementan las actividades puramente de granja y huerto con acudir a la piscina o realizar actividades de multideporte. En definitiva, un recurso didáctico donde los niños y niñas se lo pasarán en grande pero además aprenderán a amar y respetar la naturaleza.