La carabela portuguesa, es una colonia de cnidarios, que aparece en mares cálidos de todo el planeta, y a nuestras costas entran procedentes del Océano Atlántico. Desde el Instituto Español de Oceanografía (IEO) afirman que el número de éstas no es muy elevado, pero que, a consecuencia de la climatología se distribuyen de forma rápida.

Aunque no es un fenómeno extraño que aparezca en nuestra ciudad, la época del año en la que su observación es más frecuente es a comienzos de la primavera cuando acceden al Mediterráneo. Luego, pasadas las costas españolas continúan su viaje hacia Italia o Grecia.

La picadura de este organismo puede llegar a ser mortal, por eso se hace de vital importancia la pronta actuación ante una. La reacción de la picadura es la consecuencia de la presencia de una toxina, que aún después de haber muerto el animal, puede seguir causando daños. El manejo de la herida debe hacerse con sumo cuidado retirando, si aún quedan adheridos, los tentáculos utilizando para ello guantes y pinzas. A continuación, la zona afectada debe lavarse sin frotar empleando suero salino. Algunos ensayos afirmar que, para paliar el dolor, la aplicación de agua caliente resulta ser efectiva.

La valoración por parte de un sanitario será la que indique la necesidad de un tratamiento médico adicional basado en analgésicos y/o antihistamínicos. Así mismo, se observará la necesidad de un antibiótico, si la herida resultará infectada por parte de algún agente bacteriano.