Han pasado ya más de 3 décadas desde que el extravagante pero siempre brillante David Lynch osara embarcarse en la adaptación al celuloide de Dune (1965), unas de las novelas de ciencia ficción más importante de la segunda mitad del siglo XX.

Los resultados obtenidos por la epopeya de Paul Atreides en la árida Arrakis fueron poco satisfactorios teniendo en cuenta que a cargo del aquel proyecto se encontraba ni más ni menos la cabeza detrás de Terciopelo Azul (1986), Carretera Perdida (1997) o la legendaria Twin Peaks (1990-2017).

El mismo Frank Herbert, autor de la novela en la que se inspiró el film la calificó de «todo un deleite para la vista».

No obstante, la taquilla no la tuvo en tanta consideración y fue recordada durante años como uno de los mayores fiascos cinematográficos de la época.

Ha tenido que pasar mucho tiempo para que Denis Villeneuve, conocido responsable de metrajes como Incendios (2010) o la galardonada secuela de Blade Runner (2017) se atreviera a dirigir una nueva versión del clásico de sci-fi.

De igual forma que su antecesor, el realizador canadiense cuenta con el visto bueno de Brian Herbert, hijo del difunto autor, alegando que su padre se sentiría realmente orgulloso de la reinterpretación que ha hecho Villeneuve de la obra.

Con todo, el metraje se vale de un fantástico reparto coral que incluye a actores de la talla de Jason Momoa, Javier Bardem o la joven promesa Timothée Chalamet, cuyas apariciones en Call Me by Your Name (2017) o más recientemente El Rey (2019) lo han catapultado a un prematuro estrellato.

Será este último quien interprete al joven Atreides, un aristócrata enviado al desértico planeta Arrakis como representante de su linaje en mitad de una oscura y turbulenta trifulca entre poderosas familias que se enfrentan por el dominio del universo.

El estreno de Dune está programado para el 18 de noviembre, por lo que será a finales de este año cuando descubramos si el film será capaz de mejorar los resultados de su predecesora.