La guitarra con emoción de una leyenda: Eddie Van Halen
«La guitarra debe ser melodía, velocidad y gusto. Y algo más importante: debe tener emoción».
Ese fue el modo en el que el virtuoso músico Eddie Van Halen, fundador de la banda de heavy metal del mismo nombre describía para una entrevista su particular sentir del instrumento.
El fallecimiento de esta conocida estrella del rock and roll a los 65 años de edad a consecuencia de un cáncer de garganta ha supuesto un enorme batacazo para la escena musical internacional.
Fue su hijo, el también artista Wolfgang Van Halen quien hizo pública a través de Twitter la defunción del holandés en el Hospital Providence Saint John de Santa Mónica (California) el pasado 6 de octubre.
Cientos de seguidores de su prolífica trayectoria han transmitido sus condolencias a la familia vía redes.
Entre ellos, se encuentran algunos compañeros de gremio como Flea, de los Red Hot Chili Peppers o Angus Young, frontman de la banda AC/DC.
«Eddie era una maravilla de la guitarra, y tocaba pura magia. Para el mundo de la música fue un regalo especial. Para aquellos de nosotros lo suficientemente afortunados de haberlo conocido, una persona muy especial» explicaba el líder de la banda de metal australiana.
Tras emigrar siendo un niño junto a su hermano Alex Van Halen de la ciudad neerlandesa de Nimega a Estados Unidos, la joven promesa comenzó a mostrar una evidente inclinación hacia el blues y el hard rock de exitosas bandas del momento como Led Zeppelin y guitarristas como Eric Clapton o Jimmi Hendrix.
En 1972, el dúo familiar uniría fuerzas con el vocalista norteamericano David Lee Roth y formarían ese genuino grupo que bascularía entre un nuevo sonido, moderno, melódico y atractivo y el agresivo y estruendoso rock duro: había nacido Van Halen.
Sin tener conocimientos técnicos musicales y siendo incapaz de leer partituras, logró erigirse en el puesto nº 8 de los mejores guitarristas de rock de todos los tiempos según el ranking realizado por la revista Rolling Stone.
Temas como Eruption, del disco homónimo de la banda o el conocido single Jump lograron catapultarle a una bien merecida fama e influenciar a toda una generación posterior de grupos que, si bien se alejaron del rock teatralizado de Van Halen, fueron claves en un plano de desarrollo profesional.
Junto a Brian Jones, Duane Allman o Randy Rhoads, Eddie Van Halen glosa ahora esa extensa constelación de guitarristas desaparecidos que, pertrechado sólo con actitud y voluntad, descubrió un modo diferente de hacer música y hacer con ella disfrutar al amplio respetable.