'Sufragistas', una película que nos recuerda por qué debemos ir a votar
Hasta hace relativamente poco, las mujeres no podíamos votar. Hoy, votar es además de un derecho adquirido para ambos sexos, una obligación moral. Películas como ‘Sufragistas’ nos evidencian por qué, nos recuerdan que para cambiar las cosas debemos defender nuestros derechos, levantar la voz.
A Maud Watts la separaron de su hijo, al que dieron en adopación a otra familia. El motivo no era que ella no quisiese encargarse de su hijo. Tampoco que alguna situación le impidiese ejercer de madre. Ella quería y podía cuidar a su hijo, pero su marido lo dio en adopción porque ella había decidido posicionarse a favor de que las mujeres pudieran votar, porque ella, que desde niña había trabajado en una lavandería industrial, había decidido dar un paso al frente e implicarse en la defensa de los derechos laborales para conseguir, o al menos intentar, que las mujeres tuvieran los mismos derechos que los hombres. Igualdad, una igualdad que necesariamente empezaba porque también a ellas se las permitiera votar.
Maud Watts no existe. No existe ni existió en la vida real, pero sí existieron las miles de mujeres en las que está basado el personaje de Maud Watts, la protagonista de la película ‘Sufragistas’. Un maravilloso y necesario largomentraje que nos recuerda que hasta hace relativamente poco tiempo, las mujeres no podíamos votar. Una película que nos evidencia la importancia de seguir ejerciendo, pese a que los políticos nos decepcionen, nuestro derecho y nuestro deber de votar. La fiesta de la democracia, que no sabemos si será una fiesta, pero que lo que sí sabemos es que es necesaria pues es la política la que inunda no solo los telediarios y portadas de periodicos, sino cada una de nuestras decisiones vitales. Desde a cuánto está la barra de pan que compramos cada mañana hasta si será posible o no que nuestros hijos vayan a la universidad; si vamos a dejar morir al medio ambiente o se van a cumplir los objetivos de cuidados del planeta; si vamos a vacunarnos todos o solo unos pocos provilegiados de determinadas partes del mundo; si los derechos sociales serán de todos o de algunos. Todo son decisiones políticas que llegan después de que cada uno de nosotros dejemos un voto en una urna.
Las sufragistas constituyeron un movimiento femenino desarrollado en Inglaterra antes de la Primera Guerra Mundial y fue el germen para esa equiparación de derechos. La película ‘Sufragistas’ relata con maestría cuáles fueron esos primeros pasos para lograr el cambio; pasos no exentos de dolor, de miedo, de indignación y de pérdidas.
La película relata cómo Maud Watts comienza a darse cuenta de que el movimiento encabezado por Emmeline Pankhurst no le es ajeno, sino necesariamente la salpica. Poco a poco va involucrándose en la lucha de sus compañeras, aunque pese a ello su marido la repudie dando a su hijo en adopción. Maud llega a presentar un testimonio frente al gobernador para lograr el derecho al voto de las mujeres, un derecho que no logra en ese primer momento. Pero las continuas injusticias no desmotivaron a estas mujeres que llegar a acercarse al rey inglés Jorge V para defender la causa. Un trágico suceso que, entonces sí, logra la atención de los medios de comunicación. La lucha empieza de este modo a extenderse.
Una ficción que pone cara a una realidad. Y es que hasta febrero de 1918 las mujeres no lograron votar en Inglaterra. Un derecho adquirido que a España tardó años en llegar, pues no fue hasta la Constitución de diciembre de 1931 la primera vez que este derecho fue reconocido para las mujeres españolas en las Cortes Generales. Las mujeres españolas votaron por primera vez en 1933.
Un derecho que, sin embargo, como tantas otras libertades, fue arrebatado con el estallido de la Guerra Civil. La dictadura de Franco anuló, tanto para mujeres como para hombres, la posibilidad de decidir, la posibilidad de votar. Nuestros abuelos no podían votar. No fue hasta la Transición Española, ayer casi podemos decir, que hombres y mujeres pudimos volver a votar. Y hoy, al menos en España y de momento, podemos votar.