Qrónica del Misterio: El Tanatorio de Ceuta
Tras varios meses investigando y recopilando información sobre misterios, enigmas y fenómenos paranormales de nuestra ciudad, podemos sacar varias conclusiones.
De algunos lugares hay documentación periodística (muy escasa), de otros rumorología local, y en otros me he dejado llevar por la intuición pura y dura. En algunos de éstos lugares directamente no me han dejado pasar y en otros me han dejado darme una vuelta, eso sí, sin fotos ni pruebas. En otros he obtenido resultados pero tengo que mantener el secreto de los testigos y las ubicaciones porque así me lo han pedido expresamente, y lógicamente no puedo traicionar la confianza depositada en mí
El caso es que Ceuta es una ciudad con una gran historia y lo suficientemente grande como para tener tan pocos hechos documentados de lo paranormal. Estoy convencido de que esta ciudad esconde muchos más secretos de los que hay constancia. Pues bien, voy a intentar poco a poco sacar a la luz misterios ocultos, y averiguar otros por descubrir. A los caballas de la página les agradeceré todo aquello que podáis aportar.
Voy a hacer un resumen de lo que sí que hay constancia, si me dejo algo espero que mis paisanos me ayuden.
Primero de todo, para los que no conozcáis esta bella ciudad española os resumiré un poco de historia.
Plaza clave y estratégica del Mediterráneo por excelencia, por aquí han pasado fenicios, romanos, árabes , visigodos y portugueses. Ceuta y más concretamente el monte Hacho conforma una de las dos Columnas de Hércules (Que figuran en nuestro escudo nacional). Hay múltiples alusiones a Ceuta en la mitología.
Durante la época visigoda gobernaba Ceuta el conde Don Julián, que permitió el paso de las ordas musulmanas hacia la península propiciando la ocupación islámica de España, fruto de un oscuro acuerdo no del todo claro entre el conde y los musulmanes. De este hecho histórico si tengo constancia de una leyenda a modo de canción de cuna ceutí que venía a decir "Yo soy la Taraguntía, hija del Conde don Julián. Quien en la noche de San Juan me oiga cantar no vivirá más allá de ese día...". Obviamente esta siniestra canción de cuna era infalible.
A comienzos del siglo XV, el rey D. Juan I comienza a realizar la expansión de Portugal más allá de los mares. Ceuta en aquella época era una ciudad rica y próspera; principal puerto del Estrecho durante siglos y relativamente cercana a las costas portuguesas. El ejército encabezado por el rey D. Juan I de Portugal y del que formaban parte los infantes Enrique, Duarte y Pedro, el Conde de Barcelos y el mítico condestable Nuño Alvares Pereira tomaron Ceuta en una única jornada poniendo en fuga a todos sus habitantes. Tras la batalla vinieron los fastos. Se purificó la mezquita Aljama, en la Plaza de África donde actualmente se levanta la Catedral. En ella se celebró la primera misa, en la que se nombró caballeros a los infantes y a otros miembros destacados de la expedición.
En el siglo XVI el reino de Portugal fue heredado por Felipe II de España y quedó anexionado en 1580. Ceuta mostró su lealtad a Felipe II. En 1640 Juan, duque de Braganza, se proclamó rey de Portugal, pero Ceuta no consideró legítima aquella proclamación y continuó perteneciendo al reino de Felipe IV de España en referéndum celebrado entre sus ciudadanos que decidieron mantener su lealtad a España. Desde entonces Ceuta tiene el título de "Noble, leal y fidelísima ciudad de Ceuta". Del perido portugués se conservan numerosos apellidos, así como la imagen de la Patrona de Ceuta, la virgen de Africa, que entró en Ceuta por la puerta de la Sangre al frente de la flota portuguesa. Las murallas reales son una gran obra de fortificación que nos dejaron los portugueses, albergando entre sus muros el único foso navegable de Europa. La bandera de Ceuta es la de Lisboa y el escudo el de Portugal.
Y desde entonces Ceuta continúa su periplo soportando asedios contínuos pero resistiendo inexpugnable hasta nuestros días.
Después de este resumen vamos al meollo del asunto.
TANATORIO DE CEUTA
La madrugada del fin de semana del 9 al 10 de Noviembre de 2002 será recordada durante mucho tiempo por empleadas de la limpieza del Tanatorio de Ceuta y miembros de las fuerzas del orden público al escucharse en el interior del edificio una serie de ruidos que sembraron el miedo entre los referidos testigos. A priori no hay muchas razones, aparte de las energías emocionales que pueda albergar un tanatorio, para éstos fenómenos, ya que es un edificio bastante moderno. Pero vayamos a los hechos.
Entre las 3´00 h. y las 5´30 h. de la madrugada dos limpiadoras escucharon claramente lloros, quejas, sollozos y golpes en el interior del Tanatorio que se hallaba en esos momentos, aparentemente, vacío. Ante la insistencia de estos ruidos las asustadas limpiadoras avisaron a la Policía Local de Ceuta que presta de dispuso a encontrar a los responsables de dicho alboroto o “broma de mal gusto”.
Encarna González y Gema Sánchez, conserjes del Tanatorio de Ceuta, oyeron de repente, unos llantos, parecido a un quejido, que parecía provenir del más allá. Lo curioso es que, además, esa noche no había ningún difunto en ese Velatorio.
La primera reacción de las protagonistas, fue salir rápidamente a la calle creyendo que algo había pasado a alguna mujer. No había nadie. Hicieron un registro exterior y volvieron al recinto.
Los lamentos venían del interior, de la zona de las escaleras que hay junto a su cuartillo, todo próximo a la puerta principal de la moderna construcción de apenas cinco años por aquel entonces. En sus más de dos años de servicio allí nunca les había sucedido nada igual. Los ruidos de repente cesaron, pero la tranquilidad no les iba a durar mucho.
Unas horas más tarde los ruidos y lamentos volvieron a ser audibles, y las vigilantes decidieron llamar a la policía. Llegaron 8 policías, que pudieron comprobar la historia que contaban Encarna y Gema, y 2 de ellos, tan aterrados, se negaron a entrar en las dependencias del tanatorio. Nada más entrar pudieron escuchar los ruidos.
Después de estar los ocho quietos en la sala principal intentando determinar la procedencia del sonido sin resultado positivo, algunos agentes subieron a la parte superior del Tanatorio, desde donde aparentaba surgir el inquietante sonido.
Sin embargo mientras los testigos de la planta inferior seguían oyendo ruidos lastimeros y raps, los agentes en el piso de arriba dejaron de escucharlos para luego oírlos provenir de abajo, ¿qué tipo de sonido era capaz de tal efecto?
Viendo que no avanzaban ni descubrían lo que estaba sucediendo en el tanatorio, se marcharon a la comisaría a rellenar el parte oficial de la salida.
Las funcionarias quedaron en compañía del vigilante de la DUCAR que no quería ni dejarlas solas ni quedarse solo él.
Como el lamento y los golpes no cesaron llamaron de nuevo a los policías. Estos volvieron a personarse por segunda vez en la calle San Amaro, pero a su llegada los ruidos cesaron, y aquellos hechos fueron reflejados en un acta policial, quizá siendo uno de los grandes expedientes X de los últimos años en España.
Durante un tiempo no se volvieron a escuchar más voces, pero un día, mientras las conserjes leían, se volvieron a escuchar voces; aquellas aterrados bedeles empezaron a recorrer todas las dependencias del Tanatorio de Ceuta. Pero no encontraron nada.
El equipo del programa de investigación “Cuarto Milenio” acudió a ese lugar, y aunque no descubrió nada extraño, sí consiguieron los testimonios de otras personas que habían acudido al tanatorio, como familiares de los fallecidos que decían que estando solos en una sala del tanatorio, notaban como alguien les agarraban del pelo, u oían a alguien llamándolos por su nombre….