Miguel Martínez: "La montaña engancha mucho porque conlleva convivencia y nunca se va solo, se hace familia"
La última ha sido una versión adaptada de la Anyera Xtreme Track a favor de la Asociación de Síndrome de Asperger de Ceuta. El presidente del club, Miguel Martínez, nos cuenta cómo empezó en el mundo de la montaña y qué planes tiene la asociación.
¿Cuál fue el primer contacto con la montaña?
Mi primer contacto con la montaña fue hace muchos muchos años, cuando terminé la carrera y nos fuimos a Ordesa, al Pirineo. Hicimos una ruta y me encantó, porque era la primera vez que estaba solo con la naturaleza, sin nadie que me asesorase como en actividades del instituto. A partir de ahí, poco a poco fue una progresión natural en el senderismo. Luego empecé a subir un pico, a aprender con la experiencia de los demás.
¿Qué tiene la montaña que engancha tanto?
La montaña engancha mucho porque tiene convivencia. A la montaña no se va solo y al final haces una familia. Es tu segunda familia porque son muchas horas juntos. Compartes vivencias, momentos buenos y momentos difíciles, en los que las personas se unen más. Estás en contacto con lo que te gusta y estás rodeado de gente que tiene los mismos gustos que tú. Te hace desconectar del estrés, de la presión laboral, te hace olvidarte de los problemas y disfrutar.
Con la pandemia, todas las actividades de grupo han sufrido. ¿Cómo lo ha vivido en club?
La situación con la pandemia nos limita mucho a la hora de hacer cosas en grupo. Ha sido un año difícil. Se han hecho cosas pero a nivel de grupos muy pequeños. La situación ha hecho que la gente salga sola o en grupos repetitivos de 2 o 3 personas. No se amplía el círculo de las personas que participan en actividades. Tenemos un calendario de posibles escenarios en los que podamos hacer alguna con actividad con más personas, pero lo que piensas hoy mañana no sirve. La situación es muy volátil y no nos permite hacer una planificación a largo plazo. Es muy complicado.
Tanto las actividades que hacemos solo para los socios como las actividades públicas como la Vuelta a Ceuta Andando o la Nocturna de Junio se lo ha cepillado la pandemia.
A pesar de ello, habéis podido organizar una carrera casi virtual a favor de la asociación de Asperger que ha tenido muy buena acogida.
Hemos organizado, por salir un poco de la monotonía, la segunda edición de la ‘Anyera Xtreme Track’, que es una carrera de montaña de bastante desnivel. Viendo la situación sanitaria la hemos hecho “on track”. Eso significa que nosotros damos el recorrido en un fichero para meter en el teléfono o el reloj. El participante tiene que hacer el recorrido y después mandarnos esa actividad a nosotros, durante un mes. Se apuntaron más de 300 personas entre las tres modalidades que había: corta, larga y a tu aire. El objetivo era colaborar con la Asociación Síndrome de Asperger Ceuta, para dar a conocer la labor que realizan y echar una mano económicamente. Es una ruta exigente y, para una prueba de este tipo y en la situación en la que estamos, nos consideramos muy satisfechos por la acogida que ha tenido. En cada evento público siempre hemos intentado echar una mano a alguna asociación. Esta vez hemos donado el importe íntegro de las inscripciones es para la Asociación de Asperger. De momento no hemos terminado porque tenemos que hacer todas las clasificaciones, que la empresa nos haga los diplomas y la entrega de medallas. Todavía queda la parte B de la carrera.
Para alguien que se empieza a aficionar a la montaña, ¿qué ruta podrías recomendar?
Hay muchísimas para iniciarse. Por ejemplo, el sendero que va paralelo a la carretera y hacer el Hacho o, sin meterte en el monte, hacer el Hacho por el arcén de la carretera, que es un sendero muy conocido y muy transitado. Son senderos poco exigentes. A partir de ahí lo puedes complicar todo lo que quieras. Puedes subir a la fortaleza por innumerable sitios y bajar también por innumerables sitios. Dentro del Parque de San Amaro hay una red de senderos también. Son rutas sencillas de 4 o 5 kilómetros que puedes unir entre sí y hacer distancias más largas. Todo depende del nivel físico al que se enfrenta, porque esto es una progresión. Empiezas poco a poco y conforme va pasando el tiempo vas metiendo, más distancia o más desnivel. Si te vas a la zona de García Aldave pasa lo mismo. Puedes ir a Benzú por el sendero litoral, o puedes ir por la Hípica que ya hay un poquito más de desnivel. Caminos hay todos los que quieras.
En caso de que la situación siga mejorando, ¿tenéis actividades planeadas para el futuro?
Ya para después del verano, porque viene el calor y hacer algo en el medio natural es complicado y todo el mundo está en la playa. En noviembre tenemos un evento importante que esperamos que se pueda celebrar. Es la segunda edición de la Copa de Andalucía de Marcha Nórdica. Tenía que a haber sido en 2020 pero se suspendió por la pandemia. Ha empezado ya en Almería, con 150 inscritos, y estamos trabajando en la planificación del evento. Si se cumplen las expectativas, aproximadamente 100 personas de la Península vendrán a participar en la prueba, como hace dos años, cuando se celebró a primera edición.
Como aficionado y presidente del club, has hecho muchas rutas. ¿Cuál ha significado más para ti?
La que hicimos en Santa Ana la Real, en Huelva. Es una ruta muy bonita por la Sierra de Aracena, pero fue más por la vivencia, porque íbamos con Agustín, que va en silla de ruedas. Nos invitó el alcalde del pueblo porque se celebraban allí unas jornadas de montaña inclusiva. Para todos los que íbamos era el primer contacto sobre cómo desenvolverse con una silla en la montaña. Quizá sea una de las rutas que más me ha tocado porque, aparte de que hacer lo que nos gusta, estábamos haciendo una labor nueva con Agustín. Estábamos empezando. Ahora ya vemos una silla de ruedas en montaña y no nos sorprende, pero en ese momento era la primera vez. Gente que ya tenía experiencia nos enseñó el manejo y el mantenimiento de la silla y cómo desenvolverse con la silla en montaña. Fue una experiencia brutal.