Julia Melgar: “Primero sufrimos, luego celebramos”

Con cuatro años los niños suelen ser categóricos con lo que quieren y Julia tuvo claro desde el principio que lo suyo era el kárate. Cuando las clases de baile no consiguieron interesarla, su madre le dijo que escogiera otro deporte y ella eligió las artes marciales. 

Había visto el antiguo dojo de Cristóbal Mateo en su barrio “desde siempre” y no dudó ni un momento de que ese era el deporte para ella. Desde entonces forma parte de la familia deportiva del Club Sepai, que ya ha conseguido traer a Ceuta catorce medallas en tres años.

 

“Parece que ha nacido para esto”, comenta el padre de Julia, José Luis Megar, al recordar que, nada más probar las clases, el propio Cristóbal le dijo que la niña debía quedarse. En efecto, con nueve años de edad y tres de competición a sus espaldas, Julia es dos veces campeona de la Liga Nacional de Kárate (Navarra y Guadalajara 2020), campeona del Torneo Máster de Melilla en 2019, campeona del Trofeo Internacional 'Corpus Christi' de Toledo en 2018 y bronce en la misma competición en 2019.

Julia recuerda que se puso “muy contenta” con su primera medalla y asegura que le siguen haciendo la misma ilusión todas las medallas que gana. En su debut en 2018 ya quedó campeona internacional en la categoría alevín del trofeo toledano. Dice que “todavía se pone un poco nerviosa” al competir “pero no  mucho”. El kumité o combate es lo que más le gusta y no le preocupa enfrentarse a oponentes de mayor tamaño. Uno de los combates que recuerda como más difícil fue el último que disputó recientemente en Guadalajara, porque “la otra niña se anticipaba mucho”. Por suerte, cuando entra en el tatami Julia se concentra al máximo y pone en juego todo el trabajo diario.

 

El próximo paso es la Gran Liga Final de Málaga, que se celebrará el 12 diciembre y para el que Julia ya está clasificada gracias a estar entre las ocho mejores de la liga. Sólo unos días después participará también en el Campeonato de España, que se celebrará en Torrelavega, con la esperanza de hacer un buen papel junto con sus compañeros de Ceuta. 

Pese a las complicadas condiciones que el Covid-19 ha impuesto a la hora de entrenar y el parón de las competiciones, la joven karateka se ejercita dos horas al día, cuatro días  a la semana con su club. Asegura que las clases que el entrenador Mateo ha organizado en zonas exteriores como las Murallas Reales o la playa han sido sus preferidas. 

 

Al preguntarle por sus referentes en el deporte, no duda ni un momento en nombrar a deportistas de la talla de Sandra Sánchez, Iván Leal o Douglas Brose y asegura que le gustaría seguir compitiendo “a mucho nivel” e incluso “llegar a las Olimpiadas”.

 

Julia afirma con una sonrisa que se divierte en las clases y que le encanta la competición, pero confiesa que hay una parte que le gusta menos.  “La dieta fue lo más duro de la preparación ”, reconoce de buen humor. Al estar siempre dentro de la categoría inferior a 32 kilos, tuvo que mantenerse a raya  poco antes del campeonato porque pesaba 33 kilogramos. “Me daban pavo y queso fresco” y tenía que renunciar a “las patatas fritas  y los bombones”.

 

La filosofía de kárate y del entrenador Cristóbal Mateo destaca la importancia del trabajo todo el año independientemente de los resultados y sus alumnos lo tienen claro.   “Los más divertido es que cuando ganamos algo o perdemos no importa nunca. Cuando terminamos siempre celebramos”, dice con una firmeza que deja entrever a la Julia concentrada del tatami. “Como dice Cristóbal, primero sufrimos y luego celebramos”, remata.