CORONEL de La Legión

Francisco Javier Bartolomé: “En estos cien años, la Legión ha cambiado su forma de actuar, pero no de ser”

La Legión Española está indisolublemente unida a Ceuta desde su fundación en 1920 como Tercio de Extranjeros. Hombres reclutados por toda la geografía española llegaban a la ciudad para firmar su contrato y recibir la instrucción que los convertiría en legionarios.

El 20 de septiembre se celebra el centenario del alistamiento del primer legionario a una unidad destinada a luchar en primera línea en la guerra de Marruecos.

 

El mensaje de aventura, de formación puntera y hermandad que identifican a La Legión atrajeron al Coronel Francisco Javier Bartolomé (Palma de Mallorca, 1967) desde que ingresó como cadete en al Academia General Militar en el año 1986. En su primer destino en el Tercio “Don Juan de Austria” 3 ˚ de La Legión, que entonces se encontraba en Fuerteventura, aprendió el significado de vivir con la exigencia del Credo Legionario cada día. Hoy lleva casi dos años al mando del Tercio "Duque de Alba" 2º de La Legión y ha recibido a Qrónica para que conozcamos un poco mejor qué significa ser legionario.

 

Desde el inicio de su carrera militar ha sido legionario. ¿Qué caracteriza a La Legión respecto a otros cuerpos del Ejército?

Todas las Unidades que componen el Ejército tiene su propia idiosincrasia y personalidad, fruto de su historia y del tipo de misión para el que están concebidas. La Legión se fundó como fuerza de choque para la campaña de Marruecos y esos primeros tiempos tan combativos ya impregnaron el espíritu legionario desde el principio. Millán-Astray, nuestro fundador, sabía que la unidad que estaba diseñando iba a ser empleada en puestos de combate en condiciones muy difíciles y necesitaba que ese ciudadano tuviese unos valores que le permitiesen afrontar el combate en primera línea. Por eso basó su espíritu en el Credo Legionario. Es un auténtico código moral de conducta que determina nuestras actuaciones, tanto en situaciones límite como en el día a día. Nos exige disciplina, sacrificio, iniciativa, disponibilidad permanente, compañerismo y, sobre todo, generosidad para ofrecer incluso la propia vida si España lo necesita. El cumplimiento de este código moral tan exigente es lo que realmente hace distinta a La Legión.

 

Ese Credo Legionario dictado por Millán-Astray es la base espiritual de La Legión. Usted lo conoce bien, ¿cómo lo definiría?

La Legión reunía en sus inicios a personas de muy distinta procedencia y condición, que no necesariamente se identificaban con los valores de la vida militar. Con este Credo el Teniente Coronel Millán-Astray quiso revestir a aquellos hombres de unos firmes valores morales que les posibilitara superar las exigencias del combate con éxito y, llegado el momento, les permitiera afrontar la muerte con cierta serenidad. La práctica del Credo convierte al legionario en un combatiente único. Ser legionario no es vestir un uniforme vistoso o desfilar a paso rápido. A un legionario se le exige amistad, esfuerzo y rigor en la instrucción para ser el mejor preparado. También le exige una disciplina extrema, sin la cual no se pueden cumplir las órdenes más exigentes, y le hace desear ser siempre empleado el primero cuando el Mando lo ordene, actuando con decisión, valor y acometividad.

La Legión cumple su primer centenario. ¿Qué cree que ha significado La Legión en estos cien años para España?

Hemos participado en multitud de operaciones y misiones internacionales, colaborando estrechamente con ejércitos de otros países. La actuación ejemplar de los legionarios en estas misiones ha contribuido a la consecución de los objetivos de la Nación y también para incrementar el prestigio del Ejército de Tierra y, en consecuencia, de España.

 

¿Cómo ha cambiado desde que empezó como Tercio de Extranjeros?

Evidentemente a evolucionado mucho desde su fundación. Lo ha hecho a la par que nuestro ejército y nuestra sociedad, de la que procedemos, de la que formamos parte y a la que servimos. Una de las características de La Legión desde su creación, además de la permanente disponibilidad y gran preparación, es su capacidad de adaptación. En estos cien años La Legión ha evolucionado su orgánica, su armamento, vestuario y equipo; sus técnicas, tácticas y procedimientos. Se busca siempre la innovación para ser capaces de afrontar con éxito los retos que los escenarios futuros nos puedan deparar. Lo que no ha cambiado en estos cien años es su permanente disponibilidad y su voluntad de ser empleados siempre los primeros en los puestos de mayor riesgo y fatiga, como exige el Credo Legionario. La Legión ha evolucionado en su manera de actuar, pero no de ser.

 

¿Cuáles son esos retos del futuro para La Legión?

Los retos no serán distintos a los que afrontará la sociedad española. La adaptación rápida a las nuevas tecnologías, la máxima optimización de los recursos asignados y el desarrollo de una máxima capacidad de adaptación y flexibilidad que permita hacer frente a los inciertos escenarios futuros. En cuanto a la batalla, el escenario es mucho más tecnológico y difícil de gestionar en mucho aspectos. Siempre tenemos que estar actualizados y preparados para actuar de forma rápida y acertada en este tipo de escenarios. El legionario de hoy y del futuro va a tener que ser capaz de actuar con elementos muy complejos pero también tiene que ser capaz de seguir practicando los mismos procedimientos de ocupación del terreno, de combate próximo. Todo ello conjugando la tradición y modernidad y cuidando al máximo los valores morales sobre los que se asienta el principal activo con el que cuenta La Legión, que son sus legionarios.

El 20 de septiembre de 1920 se alistó el primer legionario. ¿Qué anima a los nuevos reclutas a alistarse?

Personalmente creo que los motivos por los que alguien decide alistarse a La Legión no han cambiado mucho desde su fundación. Las motivaciones son muy variadas: la búsqueda de un medio de vida, el espíritu de aventura, la posibilidad de una rápida promoción profesional o, simplemente, formar parte de un colectivo de gran prestigio y tradición. Sin embargo, por distintas que sean las motivaciones, lo que es común a todos los que pasan por La Legión es que se sentirán legionarios de por vida. Engrosarán las filas de la gran familia legionaria, que componemos tanto los que tenemos la suerte de servir en ella en activo, como aquellos que nos precedieron y que han hecho posible que hoy La Legión goce de reconocido prestigio.

 

En 24 años de servicio legionario, ¿qué momentos destacan en su memoria?

Muchos, muchos momentos emotivos. El primero fue la incorporación a mi primer destino como teniente en el Tercio “Juan de Austria” 3˚ de La Legión en Fuerteventura en 1991. Allí tuve ocasión de conocer realmente lo que es La Legión y sus legionarios. También fue muy especial mi primera participación en misiones internacionales, desplegado en Bosnia-Herzegovina en 1993. De esta misión recuerdo con intensidad el hondo pesar que supuso la pérdida del Teniente Muñoz Castellanos, el primer oficial caído en misiones internacionales, y con quien me unía una gran amistad. Otro momento muy significativo fue el traslado con el 3˚ Tercio a Almería para fundar la Brigada de La Legión en 1996. Desde entonces ha habido muchos momentos para recordar, como la asignación del mando de una compañía de legionarios, las misiones de Kosovo, Irak, Congo y Afganistán o la participación en los desfiles del día de la fiesta Nacional, donde puedes sentir muy cerca el cariño y el calor del pueblo español. También fue muy emotivo participar en el desfile procesional con el Cristo de la Buena Muerte en la Semana Santa de Málaga y asumir el mando del Tercio “Duque de Alba” en 2018. Podríamos estar mucho rato recordando momentos y anécdotas porque la intensidad con que se vive todo en La Legión es máxima.

¿Cuáles han sido los mayores logros de La Legión en estos cien años?

Creo que el primero de ellos es su contribución decisiva a la victoria obtenida por el Ejército Español en la campaña de Marruecos, luchando codo con codo con las Unidades del resto de Armas y Cuerpos en tierras africanas. Otro logro es el éxito obtenido tras su despliegue en 1993 en la primera misión internacional en Bosnia-Herzegovina. Supuso la primera participación de unidades españolas en un entorno multinacional en el extranjero y contribuyó a elevar el prestigio de España en el escenario internacional. La creación de la Brigada de La Legión “Rey Alfonso XIII” fue otro momento importante, porque hasta entonces La Legión no disponía de capacidad interarmas propia y debía recibir apoyo de otras unidades del Ejército de Tierra para actuar en operaciones. La Brigada supuso para La Legión la posibilidad de actuar de forma autónoma y facilitó el adiestramiento de sus Unidades en los procedimientos interarmas. Sin embargo, yo creo que el mayor logro de La Legión en su conjunto es haberse mantenido durante estos cien años en permanente disponibilidad, evolucionando con la sociedad, aunando tradición y modernidad, manteniendo su esencia y su excelencia en la preparación para contribuir, junto con el resto de unidades de nuestro Ejército, a la defensa de los valores y libertades de nuestra sociedad.