Regalar o ser regalados, ¿dónde está la clave de la felicidad?
Con la resaca aún de las pasadas navidades, muchos ahora se les plantea qué regalar para San Valentín. Sin embargo, a largo plazo la felicidad real se alcanza regalando, y no siendo regalados.
Son muchos los que afirman que se sienten más felices cuando tienen que planear un regalo, buscarlo y entregarlo que rompiendo ellos mismos el papel que lo envuelve. Ahora se ha demostrado que esto es real, y no es mera palabrería para endulzar el momento.
Para comprobar este hecho a dos grupos de personas se les ofreció dinero. Algunos de ellos debían gastar el dinero en ellos mismos, mientras que los restantes tenían que gastarlo en terceros o bien donarlo a distintas ONGs. Durante varios días se les preguntó a los participantes su grado de satisfacción, y si bien en los primeros momentos ambos grupos mantenían niveles similares a medida que pasaban las jornadas la sensación general de felicidad era más intensa en aquellos que habían dado su dinero a causas ajenas.
Cuando realizamos una actividad por primera vez la sensación de felicidad es más grande que cuando la actividad pasa a ser algo común. Esta regla, que en psicología recibe el nombre de “adaptación hedónica” no ocurre cuando el acto ayuda o hacer feliz a alguien.
En estos días podemos ver en nuestras calles voluntarios de Cruz Roja vendiendo rosas. Con esta venta solidaria, que podrán adquirirse por 3€ si se adquieren en los puntos de ventas, la asociación recauda fondos destinados a programas de intervención social en Ceuta.