¿Quiénes eran las beguinas?
La lucha de las mujeres en la búsqueda de una mejora social parece ser algo de los últimos siglos, sin embargo, si nos vamos al siglo XII ya encontramos mujeres que, a contracorriente, luchan por el reconocimiento de sus derechos.
En las regiones europeas de Flandes y los Países Bajos, cientos de grupos de mujeres se agruparon para entregarse a Dios y a los más necesitados fuera de la Iglesia católica del momento, corrupta y que no reconocía ningún derecho a estas mujeres. Desde ese momento se extiende por todo el viejo continente llegando a Alemania, Francia, Italia, España, Polonia o Austria.
A diferencia de las monjas, las beguinas no debían jurar un cargo y eran completamente libres de entrar y salir del beguinaje cuando quisieran, solo debían aceptar, durante el tiempo que estuvieran, la pobreza y la castidad.
Construían sus viviendas cerca de los hospitales o las iglesias, con el fin de estar más cercanas a quienes demandaban atención y cuidados. Habitaban en pequeñas habitaciones donde poder orar y muchas realizar trabajos manuales de artesanía, que les permitiera conseguir ingresos económicos. Los barrios que construían, en el centro de muchas ciudades, recibieron el nombre de beguinajes. Éstos, se encontraban cercados con vallas o puertas que se cerraban por las noches para evitar el acceso de cualquier hombre.
Cada beguinaje tenía su propia jerarquía, siendo la posición más alta para la supervisora o “Grande Dame”, quien era elegida por el resto de mujeres miembro de la comunidad. Desde allí, curaban y atendían a los enfermos, trabajan en artesanía o educaban a lo más pequeños de las familias sin recursos. En la literatura de la Europa medieval aparecen relatos de ellas, siendo una de las primeras manifestaciones literarias al margen del poder eclesiástico y patriarcal.
El triunfo de este estilo de vida al margen del poder eclesiástico y volcado en el pueblo, les hizo finalmente ser perseguidas. Acusadas de herejes por la Iglesia muchas murieron en las hogueras. Los beguinajes que resistieron fueron saqueados y forzados a entrar en la orden religiosa de las carmelitas.
La última beguina conocida falleció el 14 de abril de 2013 en Bélgica. Era la última de este movimiento surgido en la Edad Media, que buscaba la liberación y el reconocimiento de la mujer y el acercamiento de las escrituras religiosas al pueblo, es por ello que fueron de las primeras en traducir los textos sagrados del latín a las lenguas vernáculas.