Objetivo: no testar en animales
En el año 2013, la Unión Europea prohibió la experimentación animal y la comercialización de productos testados dentro de sus fronteras.
Sin embargo, el Parlamento Europeo no se conforma solo con eso y busca que esta medida se extienda por todo el globo. El 3 de mayo del pasado 2018, el Parlamento Europeo adoptó una resolución en la que pide que a escala mundial se cesen los ensayos con animales. Así mismo también establece que la venta de cosméticos testados sea cero en el 2023.
Aunque muchos podrían pensar que es necesaria la experimentación con animales, existen muchas prácticas alternativas aprobadas por ley, que validan y testan los productos para asegurar su nula peligrosidad en humanos.
Para llegar hasta este punto, la ilegalización de estas prácticas fue haciéndose de forma muy paulatina. En el año 2004, se ilegalizó la experimentación con animales para productos cosméticos, y en 2009, se prohibió testar los ingredientes de los mismos. Se estiman que existe más de 15000 ingredientes ya testados, cuya seguridad ya ha sido comprobada, por lo que esta medida no afecta a la calidad y seguridad de los productos que se puedan adquirir.
Las medidas siguieron ampliándose hasta el año 2013, en el que se prohibió la venta de los productos probados en animales.
Si se tiene en cuenta que Europa es el mayor mercado de cosméticos del mundo, estas medidas repercuten de manera muy positiva en la vida de cientos de animales, especialmente conejos y ratas. Pero no solo el viejo continente ha adoptado esta conciencia, Guatemala, Islandia, India, Israel, Nueva Zelanda, Noruega, Serbia, Suiza y Turquía. Sin embargo, estas prácticas aún se permiten en el 80% de los países del mundo.
Todas estas medidas son el reflejo de la ciudadanía europea. El 90% de los encuestados en el años 2016 están de acuerdo con la importancia de establecer normas y leyes que aseguren el bienestar animal, según el Eurobarómetro.