Más allá de ser rubio, la gravedad del albinismo
El albinismo es un trastorno genético originado por varias mutaciones en el material genético. La consecuencia de estas alteraciones son la pérdida de melanina en los ojos, piel y pelo. No es exclusivo de los seres humano, es también muy frecuente en otros seres vivos. No se trata de un trastorno homogéneo, cada individuo es único; algunos solo muestran el pelo o los ojos claros, mientras que en otros se manifiesta en todos los tejidos. Esta condición genética afecta a una de cada 17.000 personas en el mundo.
Asociado a algunos tipos de albinismo se manifiestan problemas de visión. Una de esas variaciones recibe el nombre de albinismo oculocutáneo que causa una gran disminución de pigmentos en los ojos, el cabello o la piel. Por su parte, el albinismo ocular solo presenta alteraciones en la vista, por lo que el diagnóstico del albinismo resulta mucho más complejo. Los problemas visuales van más allá de una simple miopía dado que la melanina también participa en el impulso nervioso, el movimiento ocular resulta gravemente afectado dándose movimientos involuntarios de los ojos o siendo el paciente incapaz de enfocar en el mismo punto.
La falta de melanina, pigmento que otorga el color a la piel, los ojos y el pelo, resulta en grandes complicaciones en la vida diaria. Quienes padecen albinismo no pueden tomar el sol de ninguna forma pues su piel resulta quemada con una mínima radiación solar.
En la esfera social estas personas también manifiestan grandes problemas al sufrir en numerosas ocasiones problemas de discriminación o rechazo. Incluso, en algunas zonas de África, son perseguidos y asesinados consecuencia de creencias religiosas. Todo esto resulta en problemas sociales y psicológicos que mellan la autoestima y acaban en aislamiento y un alto nivel de estrés.
No existe tratamiento alguno para el albinismo, lo único de lo que médicamente se dispone es del diagnóstico prenatal mediante test y análisis genéticos a los padres.