Juegos y entrenamiento cerebral
Quedan apenas unos días para que Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente visiten todas las casas ceutíes y dejen sus presentes. Desde hace algunos años, con el auge de las consolas portátiles se han popularizados los juegos que aseguran mejorar las capacidades cognitivas. Pero… ¿funcionan realmente estos juegos para estimular nuestro cerebro?
Con la edad muchas destrezas se pierden, entre ellas las funciones cognitivas. Las primeras en perderse son la memoria y la atención, que nos permiten fijar y retener nuevos conocimientos para hacer, a posteriori, uso de ellos. La pérdida de estas habilidades dificulta la vida, llegando incluso a tornar a la persona dependiente y menos productiva.
En el año 2005, una popular marca de consolas lanzaba al mercado un juego que prometía mejorar las habilidades mentales. Estos populares juegos, denominados “brain games” han creado una industria multimillonaria que se estima genere unos 6000 millones de dólares para el año 2020.
Sin embargo, desde hace unos años se ha tirado por tierra las afirmaciones, que las empresas tecnológicas tras estos juegos, anunciaban. Una investigación llevada a cabo por la Universidad Estatal de Florida y dirigida por dos psicólogos expertos en envejecimiento y cognición, aseguraba que no existían evidencias, tras el estudio de numerosos usuarios, de que este tipo de juegos mejorase la forma de vida y las habilidades de éstos.
La memoria de trabajo que se encarga de aquellos conceptos y acciones que permiten llevar a cabo una tarea concreta puede verse incrementada. Por ejemplo, si jugamos a memorizar dígitos mejoraremos esta acción solo pero no se podrá extrapolar a recordar una receta o donde dejamos la cartera.
Estamos en el siglo XXI, la era tecnológica, y nos hemos olvidado y dejado atrás otros entretenimientos como la lectura. Al contrario de lo que sucede con los “brain games”, la lectura ha demostrado, en numerosas ocasiones, su capacidad de mejorar las habilidades cognitivas y emocionales de quienes encuentran en los libros algo más que un mero pasatiempo.
La lectura estimula las diferentes áreas cognitivas y funcionales del cerebro, como la memoria, el lenguaje, la planificación, la flexibilidad cognitiva, mejora la atención y la toma de decisiones. Pero también, se ha comprobado que aquellos niños que leen más desarrollan su inteligencia emocional y la empatía más que aquellos niños no lectores.