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Ictus: cuando cada segundo que transcurre es vital

El 29 de octubre se da visibilidad al ictus, uno de los motivos de asistencia a urgencia más graves. Se trata de una de las principales causas de incapacidad permanente en el adulto, y la primera causa de muerte de mujeres en nuestro país.

El ictus es provocado por un accidente vascular en los vasos sanguíneos que suministran sangre al cerebro. También se le conoce como accidente cerebrovascular. Tiene lugar cuando un vaso sanguíneo cerebral es taponado por un coágulo o sufre una rotura, y consecuencia de cualquiera de estas dos causas el suministro de sangre y oxígeno a un área cerebral se ve cortado. Así, las células nerviosas pierden poco a poco funcionalidad, e incluso mueren si la situación se prolonga en el tiempo.

Por ello, cuando se da luz y voz a esta patología se hace mucho hincapié en el tiempo. Cada segundo que transcurre después del ataque puede ser vital y condicionar la posterior recuperación del afectado.

Al tratarse de un problema multifactorial, se hace muy difícil las medidas de control y prevención. Sin embargo, algunas que sí podemos controlar y evitar son el consumo de sustancias nocivas como alcohol y tabaco, seguir una dieta equilibrada, controlar el peso y mantener regular la tensión arterial. Otros factores influyentes son la edad -siendo los mayores de 55 el mayor grupo de riesgo-, la herencia familiar o el sexo, siendo las mujeres en quienes resulta ser más mortal.

Es necesario conocer los síntomas con los que un ictus se manifiesta con el fin de identificarlos y así proceder a avisar a los servicios de urgencia. De forma general se produce un adormecimiento o debilidad muscular que afecta significativamente a un lado del cuerpo, a esto le suele acompañar la incapacidad repentina para hablar o entender así como para andar y mantener el equilibrio.

Reconocidos estos primeros síntomas, llamar a los servicios de urgencia y comunicar que podemos estar ante un accidente cerebrovascular puede salvar la vida de quien tenemos delante.

Superado el ictus, en muchas ocasiones quedan secuelas de por vida y una recuperación que puede llevar años e incluso ser permanente. Especialistas en logopedia, psicología, terapia ocupacional y fisioterapia son algunos de los encargados de conseguir mejorar la calidad de vida del paciente.