El glaucoma, primer responsable de la ceguera
El glaucoma es una enfermedad silenciosa que podría, para 2020, afectar a casi 79 millones de personas en todo el mundo. Se trata de la primera causa de ceguera en las zonas desarrolladas, y aunque afecta generalmente a quienes son mayores de 60 años, es la responsable del 5% de los casos de ceguera infantil.
Esta patología causa un daño progresivo en el nervio óptico, ocasionando una disminución paulatina del campo visual que puede llegar a una pérdida completa de la visión si el paciente no se trata.
El glaucoma puede clasificarse en dos tipos: el de ángulo abierto y el de ángulo cerrado. El primero de ellos es el más frecuente, y el de evolución más lenta, y es ocasionado por la obstrucción en la eliminación del humor acuoso que deriva en un aumento de la presión intraocular.
El humor acuoso es un líquido, presente en los espacios entre la córnea y el cristalino, que se renueva constantemente, pero que cuando se altera el sistema de producción y drenaje, el volumen de éste dentro del ojo aumenta considerablemente hasta el punto de aumentar considerablemente la presión dentro de esta estructura y ocasionar graves daños al nervio óptico y demás partes del ojo.
El segundo tipo de glaucoma, de ángulo cerrado, aparece de forma repentina cuando ocurre una obstrucción brusca del drenaje del humor acuoso.
Conocida como “ceguera silenciosa”, se denomina así pues son síntomas se manifiestan de forma gradual, siendo al principio casi imperceptibles. Al principio, quien lo padece, experimenta visión borrosa, cefalea, dolor de ojos, náuseas y pérdida de visión repentina; síntomas que en muchas ocasiones pueden llevar a un diagnóstico erróneo y camuflar la enfermedad.
Esta enfermedad no hace distinción por sexo o edad, sin embargo, los adultos que han superados los 60 años, los parientes de personas con glaucoma, los diabéticos, quienes consumen esteroides de forma habitual o las personas con presión intraocular elevada presentan un riesgo mayor de padecerla.
En la actualidad, el tratamiento farmacológico más habitual para el glaucoma es la administración de fármacos que reduzcan la producción de humor acuoso y aumenten la salida de éste. En los casos más graves, la cirugía reduce el problema al favorecer y estimular, gracias a una incisión, la eliminación de este líquido.
En nuestra ciudad, se estima que la padecen entre un 15% y un 20% de los ceutíes. De éstos, solo el 1% necesitan someterse a intervención quirúrgica. El bajo porcentaje es consecuencia de los planes preventivos llevados a cabo. Se recomienda que, a partir de los 35 años, todos aquellos con antecedentes familiares de glaucoma, acudan a una revisión oftalmológica una vez al año. La detección en las etapas más tempranas de la enfermedad permite comenzar cuanto antes del tratamiento y evitar complicaciones siguientes.