El descenso al abismo: Vida y obra de Edgar Allan Poe
El reputado autor norteamericano se valió de vivencias personales para convertir su propia historia en el más aterrador de los cuentos.
Edgar Allan Poe ha trascendido al imaginario popular como uno de los mejores literatos de terror y misterio que ha dado la historia.
Su singular habilidad para conmocionar al lector a través de una bibliografía que apenas se extiende 20 años interrogan al mundo sobre qué habría sido de un genio como él si la tragedia no se hubiese cebado con su persona –aun debiendo reconocerle a esta su influencia en la obra del autor de títulos como Ligeia (1838) o Amy Lee (1849) –.
Nacido en Boston en el año 1809, la dramática a la vez que fascinante existencia de Poe quedará marcada por la prematura muerte de sus padres a la corta edad de 2 años.
Tras esto, sería tutelado por su tío, John Allen, quien experimentaría en sus carnes el comportamiento rebelde de un joven atormentado por la pérdida de sus progenitores.
Después de estudiar en Inglaterra y posteriormente graduarse en la Universidad de Virginia, iniciaría una tímida labor literaria con la publicación anónima de su antología Tamerlan y otros poemas (1827) contando aún 18 años.
Se percibirá aquí la enorme influencia que tuvo en Poe la lectura de autores románticos como Percy Shelley o Lord Byron, reminiscencias que podrán apreciarse en mayor o menor medida en su producción posterior.
Habiendo prestado servicio militar–período en el cual publicó Al Aaraaf (1829), su obra en verso más larga hasta la fecha– y tras otros pormenores vinculados a su irascible carácter dentro de la vida militar, se lanzó a cumplir con el que había venido siendo su sueño hasta entonces: consagrar su vida a la escritura.
Mediante incipientes colaboraciones en semanarios y otro tipo de publicaciones, poco a poco empezó a darse a conocer su figura.
Finalmente acabaría dirigiendo revistas de gran prestigio como es el caso de la Southern Literary Messenger.
En ella, el autor combinaría su talento para la ágil crítica literaria con su fantástica inventiva, publicando aquí muchos relatos suyos como por ejemplo Manuscrito encontrado en una botella (1835).
A pesar de todo, el punto de inflexión en su carrera sería alcanzado varios años más tarde con El Cuervo (1845), que catapultaría a Poe a una fama que le resultaría difícil de sobrellevar dadas sus constantes crisis personales.
Poco a poco, esta otra faceta suya empezó a granjearle más problemas que de costumbre, llegando incluso a incapacitarle en el cumplimiento de sus responsabilidades a la dirección del Southern Literary Messenger. Finalmente y tras abandonar la revista, su carrera experimentó un revés que le hizo refugiarse de lleno en el consumo de alcohol y drogas.
Tras varias tentativas de suicidio previas, acabó falleciendo en circunstancias no aclaradas a la edad de 40 años en la ciudad de Baltimore.
Si bien su persona real ha quedado subyugada por el propio mito que se generó en vida en torno a él, lo que realmente se escondía tras la pompa de un autor extravagante en apariencias era la de un individuo quebrado, con una particular sensibilidad para plasmar sus más profundos malestares.