¿Qué significa que tu casa esté desordenada? ¿Puede vincularse a tu estado emocional?
Algunos psicólogos o terapeutas vinculan el desorden de nuestras casas con un caos o inestabilidad emocional. ¿Pero es realmente vinculante? Lo analizamos.
Dicen que el caos es el orden de la naturaleza. Sin embargo, muchos expertos consideran que ser unos desordenados refleja un caos que va más allá de los espacios físicos. ¿Tener tu casa desordenada quiere decir que tus emociones están más liadas que las del monstruo de colores? Para los que no tienen niños, este personaje no sabe si está feliz, triste, asustado, irritado o enamorado, hasta que con ayuda de unos botes va colocando cada emoción en su lugar.
¿Tiene relación ese caos mental con que nuestro armario esté, como diría una madre, hecho una 'leonera'?
Para los psicólogos y coach, sí tiene relación. La acumulación desordenada de cosas puede representar, explican estos expertos, que se tienen muchos miedos. Por ejemplo miedo a olvidar o a ser olvidado. También miedo a la carencia.
Se relaciona también con la inestabilidad, la confusión, la falta de enfoque en la vida. Algunos de estos expertos señalan que si las personas no saben qué lugar tienen en la vida o cómo enfocar y desarrollar sus días, puede ser representado con un desorden de sus objetos personales. Aunque también hay quienes optan por lo contrario poniendo como ejemplo la libertad creadora y el arte que esconde el desorden y que justifica la imagen de libre caos que proyectan muchos artistas.
Los analistas del orden también vinculan el lugar del desorden físico con el lugar del desorden mental. Es decir, caos en el armario o vestidor se relaciona con la parte más emocional y el cómo afrontamos los problemas y buscamos soluciones a los conflictos.
Camas deshechas o fundas desteñidas reflejan relaciones amorosas desgastadas. Mientras que guardar objetos rotos (que nunca arreglaremos aunque esa sea nuestra intención) representa a todas aquellas promesas que no fuimos o no seremos capaces de cumplir. Y si se trata de electrodomésticos o vajillas que aún menos se arreglarán y que has dejado amontonados en la cocina o en el baño, estos se relacionan de manera directa, dicen estos expertos, con problemas de salud y falta de riqueza. Igual porque como suele decirse, no podrán entrar cosas buenas nuevas sino dejamos atrás, que salgan, las cosas malas, los trozos rotos de nuestro pasado.
El desorden también se le achaca a las personas incapaces de terminar lo que empiezan, quizás porque si nunca eres capaz de terminar de ordenar tu habitación, por ende, se te presupone que tampoco podrás ser capaz de terminar esa actividad que tienes ahí en ‘punto muerto’.
Por otro lado, si el desorden está a la entrada de la casa, con un recibidor que no anima a entrar, representa tus ganas de pocos amigos, que resultas ser una persona poco sociable.
Bajo estas reflexiones surge lo que se denomina ‘el principio del vacío’, el cual alude a que si tenemos el hábito de juntar cosas creyendo que algún día podremos necesitarlas -incluido dinero por si algún día nos hará falta sin saber aprovechar el momento- nos limita las opciones de vivir el cada día. Solo abrir la mente y liberar los espacios -tener mentalidad de abundancia, pero no abundancia física y desordenada- nos permitirá dejar espacios para que entren cosas nuevas.
Pero si no nos sirve esta teoría y queremos seguir siendo unos desordenados, al menos tengan clara esta otra cita célebre: “Podré ser un desordenado, pero siempre sé en dónde dejé el corazón”.