El mundo necesita Scouts, un movimiento de paz y respeto al medioambiente
Cada 22 de febrero se conmemora el ‘Día Mundial del Pensamiento Scout’, un movimiento que reúne a más de 50 millones de personas en todo el mundo en torno a valores como el respeto o el compañerismo. Este 2021, además, la organización ha sido nominado al Nobel de la Paz.
Durante muchos años, los entonces ‘Boy o Girl Scouts’ arrastraron el estigma de las ‘galletitas’, el uniforme o la imagen estereotipada que se presentaba de ellos en las series o películas de televisión. Pero el Movimiento Scout (hace muchos años ya que chicos y chicas forman parte a la par sin la etiqueta de ‘Boy’ o de ‘Girls’) va mucho más allá de esa imagen, y se ha convertido en un lugar de encuentro y aprendizaje que reúne a alrededor de 50 millones de personas en todo el mundo.
Se trata de un movimiento educativo que se reúne bajo las siglas de OMMS. La Organización Mundial del Movimiento Scout, que en España se desarrolla bajo dos organizaciones: Scouts de España (ASDE) y Movimiento Scout Católico (MSC). El movimiento fue fundado por Robert Stephenson Smyth Baden-Powell en el año 1907, llegando a España en 1912. Más de un siglo de escultismo en el que el aporte de estos jóvenes a la sociedad ha sido de gran valor.
Cada 22 de febrero se conmemora el ‘Día Mundial del Pensamiento Scout’, coincidiendo con la fecha en la que nació su fundador. Una jornada que reúne a todos sus integrantes -en esta ocasión, de manera virtual- para compartir su experiencia en el Movimiento.
Pero este 2021 es además especial porque la Organización Mundial del Movimiento Scout (WAGGS) ha sido nominada al Premio Nobel de la Paz por su contribución a la paz y al diálogo. Una nominación que reconoce la labor que realiza esta organización en la educación de millones de jóvenes en todo el mundo, a los que los que impulsan en unas enseñanzas basadas en estar “siempre listos” para ayudar a los demás. Uno de los lemas en este sentido del movimiento es que un Scout realiza una buena acción al día.
“El movimiento Scout se trata de brindar a la juventud las herramientas que necesita para resolver los desafíos del futuro mientras se construye una sociedad civil sólida. Este trabajo es vital para la paz mundial”, ha destacado en la presentación de la nominación al Nobel la diputada noruega del Partido de la Libertad y excomisionada jefe de Guías y Scouts de Noruega, Solveig Schytz, quien ha agregado: “En un momento en el que nuestro mundo se ve amenazado por tantos desafíos internacionales, ya sean el clima, las guerras o las pandemias, necesitamos un contrapeso al egoísmo y al nacionalismo. Necesitamos dar a la juventud la oportunidad de unirse en torno a un conjunto de valores comunes y la fe en el servicio, no solo a la propia comunidad, sino a la sociedad internacional”.
Pero además de ser un impulso para educar a la infancia y a la juventud en valores como la paz o la generosidad, el escultismo promueve motivaciones como el trabajo en equipo, la empatía, la educación emocional o el desarrollo de habilidades. Así, un Scout realiza actividades como aprender a hacer nudos, adquiere bases de socorrismo, de orientación o aprende a desenvolverse en situaciones complicadas.
A ello se le suma el contacto con el medioambiente. El respeto a la naturaleza y el desarrollo de actividades en un entorno natural es uno de los pilares del movimiento, desde donde realizan actividades acampadas o campamentos en entornos naturales, siempre desde la perspectiva de la sostenibilidad.
Actividades de senderismo o encuentros desde la premisa de que otro de los lemas adheridos al movimiento es que un Scout siempre deja los lugares mejor de como se los encuentra. Es por ello que el mundo, en pro de la sostenibilidad medioambiental, necesita de más jóvenes y adultos Scouts en sus filas. Actividades en el campo o en la playa, siempre sabiendo que un Scout respeta el entorno y cuida la naturaleza, optando por actividades y proyectos siempre encaminados a estos valores y a esta forma de ser.
A todos estos valores hay que añadir el principal pilar del Movimiento, en el que coinciden los jóvenes de todo el mundo: la amistad. Las convivencias y los aprendizajes son tan potentes en el Movimiento Scout que las personas con las que se conviven durante todos esos años se convierten para siempre en la familia elegida. Adultos de todo el mundo que fueron Scout en su infancia reconocen que a los amigos hechos en el Movimiento los une un lazo invisible que acompañará durante el resto de la vida. Y es que, además, un niño o niña Scout, un joven Scout, suele tener tan arraigadas esas enseñanzas que incluso si de adulto se desvincula del movimiento, siempre mantendrá en su esencia tanto los amigos como los conocimientos, emociones y habilidades adquiridas. Siempre, y no solo en una jornada como la de hoy, llevará en su Pensamiento el escultismo. Porque un Scout es un Scout toda la vida.