Dieta vegetariana. Ética, pero... ¿saludable?
Este hecho ha estimulado a muchos centros de investigación a estudiar las posibles consecuencias y repercusiones que esta alimentación puede suponer para el organismo.
El hecho de que los veganos y vegetarianos ingieran menos productos cárnicos que los que siguen una dieta omnívora ha demostrado ser un buen cardioprotector como se entiende al leer los datos: veganos y vegetarianos presentan diez casos menos de enfermedades coronarias en comparación con aquellos que comen carne. Hasta aquí parecía haberse descubierto un método eficaz de mantener bajo control las enfermedades cardiovasculares en su totalidad.
Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Un reciente estudio publicado en la revista British Medical Journal afirma haber descubierto que estas dietas parecen incrementar el riesgo de enfermedades cerebrovasculares en casi un 20%.
Este estudio, que tantas ampollas puede levantar, no se ha realizado de forma trivial. Ha seguido la vida y el estado de salud de cerca de 50.000 personas durante 18 años. Estas personas fueron “reclutadas” en 1993 y estudiadas hasta el año 2001 además, todas ellas carecían de antecedentes de enfermedad coronaria o cerebrovascular. En el estudio se ha contado con 24.428 omnívoros, 7.506 pescetarios (su única fuente de alimento animal es pescado) y 16.254 vegetarianos y veganos.
Si bien parece haberse abierto una puerta nueva de estudio, ha quedado demostrado en este mismo estudio lo que ya se sabía. De todos los participantes, el riesgo de enfermedad coronaria fue entre un 13% y un 22% menor en aquellos que no ingerían carnes.